El Monte Perdido se encuentra en la comarca oscense del Sobrarbe, en el Pirineo central aragonés. Forma parte del Parque Nacional de Ordesa y del Parc National des Pyrénées Occidentales (Francia), un fascinante espacio natural caracterizado por grandes cañones glaciares. Con 3.355 m. de altitud domina las imponentes cumbres que lo acompañan formando el macizo calcáreo más alto del continente. La primera ascensión que se conoce data de 1802, un tal Ramond Carbonnières fue el primero el coronar la cumbre, aunque se dice que un pastor de Bielsa se le había adelantado.
Miércoles, 30 de mayo de 2012
9:00 AM
Estamos en Benasque disfrutando de un rico y completo desayuno en una de las cafeterías del pueblo. Vamos a tomarnos la mañana con calma, daremos un paseo por el pueblo, visitaremos alguna de las tiendas de Montaña y luego, tranquilamente, cogeremos el coche y nos dirigiremos a Torla.
14:30 PM
Llegamos a Torla, último pueblo antes de entrar al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Visitamos el pueblo y comemos en uno de sus restaurantes.
16:15 PM
Visitamos el Centro de Visitantes del Parque Nacional para informarnos de las restricciones dentro del Parque y sobre la posibilidad de practicar la Escalda Deportiva dentro del Cañón de Ordesa. También nos informamos sobre el estado del Monte Perdido y las posibilidades para su ascensión, pero el único que nos puede dar una información presida al respecto es el guarda del Refugio de Góriz. Solo en llegar al Refugio tardaríamos unas cuatro horas y media desde la Pradera de Ordesa.
18:10 PM
Nos adentramos en el Valle de Ordesa y llegamos al parking de La Pradera de Ordesa, situado a 1.320 m. de altitud. No tenemos tiempo para llegar al Refugio de Góriz, pero tampoco podemos acampar en los Llanos de Soaso porque lo prohíben expresamente las normas del parque. Así que nos dejamos de chorradas y preparamos los macutos para emprender la marcha cuanto antes, si se nos hace de noche sacaremos los frontales, pero vamos a llegar al refugio como sea. No obstante y por si acaso, porteamos todo el equipo de acampada.
Caminamos por todo el valle a velocidad de vértigo, prácticamente no paramos ni a descansar ni a beber, recorremos la pista del tirón, pero no podemos evitar mirar de vez en cuando la gran belleza paisajística que ofrece el cañón.
A lo largo del cañón discurre el río Arazas, ofreciendo a su paso multitud de rápidos y cascadas. Poco antes de dar paso a la zona llana y herbosa del circo, en las Gradas de Soaso el río se descuelga formando repetidos escalones.
21:00 PM
Llegamos a los Llanos de Soaso y nos damos de bruces con el Circo de Soaso, donde se encuentra la archiconocida Cascada Cola de Caballo (1.750 m.). Aparentemente aquí termina la jornada.
Tenemos que tomar una decisión: O iniciar la ascensión por las paredes del cañón para subir al Refugio de Góriz, o quedarnos por la zona y acampar lejos de la mirada de algún guarda del Parque. Apenas nos queda una hora de luz y no sabemos qué es lo que nos vamos a encontrar cuando superemos las paredes, pero el sendero parece que está bien marcado y en el peor de los casos, tenemos los frontales. No hay tiempo para discutirlo, nos cargamos las mochilas y comenzamos la ascensión con los cuerpos todavía resentidos por el Aneto.
22:00 PM
Ya hemos superado las grandes paredes del circo, efectivamente el sendero está muy bien marcado y ganamos mucha altura gracias a la subida en zig-zag, pero no hay ni rastro del refugio. Estamos a 2.045 m. de altitud y ya casi no vemos nada. Sorprendemos a un grupo de jabalíes que no esperaban encontrase por aquí a dos montañeros perdidos a estas horas.
22:40 PM
Estábamos a punto de sacar los frontales cuando por fin divisamos la luz procedente del Refugio de Góriz (2.195 m.). El guarda no nos esperaba y se quedó un poco sorprendido por nuestra llegada tan tarde, pero nos recibió amablemente y nos invitó a que disfrutáramos de las instalaciones del refugio, con la condición de que no metiéramos mucho ruido porque en las habitaciones ya estaban pernoctando algunos montañeros, casi todos alemanes e italianos.
Jueves, 31 de mayo de 2012
8:00 AM
Noche de ronquidos y flatulencias en la habitación del refugio. A las seis de la mañana nuestros compañeros de habitación nos despertaron preparando sus mochilas y hablando en alemán entre ellos. Cuando por fin se marcharon Dany y yo bajamos a desayunar. Los muy cabrones me robaron la linterna que había dejado en la cocina y, por si fuera poco, dejaron las letrinas como una pocilga.
9:00 AM
Hablamos con el guarda del refugio y le planteamos nuestra intención del subir el Perdido por la Arista de Las Escaleras. Nos advierte de la nieve abundante y de la posibilidad de encontrarnos con cascadas de agua cayendo por alguna de las "Escaleras", este año todavía nadie ha subido por la arista y no sabe muy bien en qué estado nos vamos a encontrar las gradas. Por supuesto nos lo desaconseja si no llevamos equipo de cordada, pero le explicamos que nuestra intención es llegar a la cima por la arista de Las Escaleras para luego descender por la vía clásica del Barranco de Góriz. Tras algunas aclaraciones y los buenos consejos de quien mejor conoce la zona, iniciamos la ascensión al Monte Perdido cuando son las 9:15 de la mañana.
Nos esperan por delante nada menos que 1.200 m. de ascensión directa por la delicada arista SO del Monte Perdido teniendo que escalar varias gradas poco difíciles (grados III y IV), las "Escaleras".
10:00 AM
Llegamos al Grao de Las Escaleras, a 2.600 m. de altitud. Se trata de la primera de las gradas que hay que escalar, pero no entraña ninguna dificultad salvo el nevero que asoma por encima de ella. Una vez superada habrá que calzarse los crampones.
10:30 AM
Dany está marcando el ritmo pero va muy rápido, me temo que como siga subiendo tan rápido le va a dar una pájara de un momento a otro. Está muy impaciente por llegar a la cima, pero ya le advertí de que 1.200 m. de ascensión son muchos metros, y el Monte Perdido no nos lo va a poner fácil.
11:40 AM
Trepamos dos o tres gradas más y entre ellas cruzamos por varios neveros. Nos quitamos y nos ponemos varias veces los crampones y al final llegamos a lo alto de la Punta de Las Escaleras (3.027 m.), justo antes de la arista final del Perdido. Dany ha subido primero y yo desde abajo le oigo vociferar. Por un momento pensó que estábamos ya a un paso de la cumbre, pero la realidad es que habíamos llegado a un punto en el que aparentemente se acababa la ascensión: Por delante teníamos un contado por donde era imposible bajar, y la imponente mole de la cumbre del Monte Perdido con sus dos últimas "Escaleras" se nos puso delante y nos frenó en seco.
Dany se plantó, se quitó la mochila, la tiró al suelo y dijo que no subía más. Estaba dispuesto a renunciar a la cumbre y a volver por donde habíamos subido, algo totalmente inviable porque no llevábamos equipo para rapelar. Dejé que se sentara un rato para que se tranquilizara y yo me fui por la cresta hasta la otra punta para buscar un lugar por donde bajar al collado y poder así retomar la vía de la arista.
Tras unos minutos de confusión, Dany apareció detrás y juntos descendimos hasta el collado. Solo había una forma de salir de allí, subiendo por la arista del Monte Perdido, no había otra salida, había que seguir subiendo sí o sí.
Aun quedaban dos "Escaleras", la primera no parecía complicada pero la segunda, vista desde el collado, parecía infranqueable. Los dos mirábamos hacia arriba, mirábamos los nubarrones que se estaba formando y lo único que podíamos hacer era tragar saliva.
12:20 PM
Llegamos a la primera grada de la arista final. Hay una buena trepada pero antes hay que quitarse los crampones para luego volver a ponerlos arriba, es un coñazo, pero la trepada es muy disfrutona. No quiero ni pensar que no podamos subir la segunda "Escalera", porque si por algún motivo no encontramos la forma de escalarla, nos quedaríamos atrapados en la arista entre las dos escaleras, y la única forma de sacarnos de aquí sería mediante un rescate.
12:50 PM
Llegamos a la última grada, la peor de todas, la más larga, la más expuesta y la más complicada. Y por si fuera poco, la única vía que permite su escalada está mojada por el agua del deshielo. Los dos sabemos que no hay más opciones que subir y no tenemos tiempo que perder. Nos quitamos los crampones y comenzamos a escalar por la roca mojada. Es una vía de grado IV, sin cuerda, sin seguros, mojada, con mochilas y con una caída de varios metros, pero no podemos dejarnos llevar por el miedo, los dos sabemos por experiencia que el miedo en la escalada te puede dejar bloqueado en la mitad de una vía, pero aquí vamos sin asegurar, solo podemos subir con decisión y confiar en nuestra capacidad sin mirar hacia abajo.
13:00 PM
Superamos la última "Escalera", ya está, ya lo tenemos. Estamos a 3.200 m. de altitud, ya no hay más gradas, tan sólo nos queda subir por la arista final hasta la cumbre.
13:15 PM
Volvemos a notar los efectos de la altitud como en el Aneto y tenemos que parar cada diez pasos para tomar aire. Dany está poniendo al límite su cuerpo, le oigo jadear en cada paso, pero no quiere descansar, quiere subir del tirón porque las nubes que tenemos encima son bastante preocupantes. Yo tengo que parar, no puedo más, esto no se acaba nunca...
Por fin llegamos a la cumbre, es increíble, lo hemos conseguido: 3.355 m. Todavía me cuesta creer que lo hayamos conseguido, es la tercera cumbre más alta de los Pirineos, la cuarta cumbre peninsular, y hace tan solo dos días estábamos en el Aneto, prácticamente han sido 8.000 m. de desnivel acumulado en dos días!
Me viene a la memoria aquel día que fracasé en el segundo intento de subir Torre Cerredo y bajaba por la Cuesta del Trabe con una tendinitis aguda en las dos rodillas pensando que había sometido mi cuerpo al máximo de su capacidad. Hoy, casi diez años después y con 40 años de edad, no solo me he quitado de encima la Torre Cerredo sino que además he conquistado dos de las grandes cumbres de los Pirineos... nunca lo hubiera imaginado, pero aquí estoy.
La vertiente norte del Monte Perdido ofrece la mejor panorámica posible del Valle de Pineta y Bielsa.
También el Cañón de Ordesa es espectacular desde la cumbre.
13:35 PM
Pero lo peor está por llegar, tenemos que descender por La Escupidera, el punto negro del Monte Perdido, y no solo del Perdido, en muchos foros se habla de La Escupidera como el verdadero punto negro del pirineo en cuanto a accidentes fatales: Nada menos que 65 fallecidos, el último de ellos en el verano del 2010.
Rescates en el Pirineo (noticia en el Diario Vasco)
Descendemos los primeros metros de la cumbre sin los crampones, por suerte la nieve está lo suficientemente blanda como para dar los primeros pasos con seguridad, pero en cuanto nos asomamos a la Escupidera la cosa cambia.
La percepción desde allí arriba es impresionante, un resbalón y dile adiós a la montaña para siempre. La pendiente al principio es muy fuerte, hay que ponerse los crampones y aun así hay que bajar asegurando bien cada paso, no conviene dejarse llevar por las prisas, pero lo cierto es que los nubarrones que tenemos encima no tienen buena pinta y a la memoria nos viene el reciente episodio durante el descenso del Aneto.
Nos ponemos los crampones, agarramos el piolet y comenzamos el descenso paso a paso. Alguien ha subido recientemente al Perdido y nos ha dejado marcada la huella, lo cual nos facilita mucho el descenso. El calor de los últimos días también juega a nuestro favor y la nieve a estas horas de la tarde está lo suficientemente blanda como para bajar bastante confiado, pero no olvidemos que son los Pirineos y cualquier precaución aquí es poca.
Dany baja confiado pero yo me voy quedando atrás poco a poco, me siento tan insignificante aquí arriba que pienso que esta inmensa montaña puede hacer conmigo lo que quiera. Me voy sintiendo cada vez más vulnerable y de pronto, sin saber por qué, me viene a mi mente la imagen de mi pequeña Mar. Entonces me quedé paralizado, sin apenas poder dar un paso más.
Dany se percató de mi retraso y esperó pacientemente hasta que pude reunirme con él. Le expliqué lo que me estaba pasando y me dio ánimos para seguir avanzando. A Dany le preocupaba la tormenta que pudiera estar formándose sobre nuestras cabezas, pero a mí lo único que me preocupaba era llegar sano y salvo al pequeño lago helado de la base del Cilindro.
14:00 PM
Llegamos al Lago Helado del Cilindro (2.985 m.). Lo peor ya ha pasado. No sé muy bien qué es lo que me ha pasado, no sabría explicarlo, pero ha habido un momento es que pensé que esta montaña iba a "tragarme".
14:30 PM
Por fin podemos quitarnos los crampones y descender tranquilamente por el Barranco de Góriz, y parece que la amenaza de tormenta se está disipando. Ahora podemos respirar tranquilos y regresar al refugio con la satisfacción de haber cumplido con nuestro objetivo.
16:15 PM
Durante el descenso por el barranco nos hemos entretenido grabando a las Marmotas del Pirineo. Llegamos al refugio justo cuando el guarda salía con los prismáticos para intentar localizarnos. Nos preguntó cómo nos había ido y le contamos lo mejor que pudimos todas y cada una de las sensaciones vividas. Luego sacamos la comida y nos preparamos un buen plato de pasta antes de bajar al Cañón de Ordesa.
17:30 PM
La verdad es que hemos castigado demasiado a nuestros cuerpos como para plantearnos ahora descender hasta la Pradera de Ordesa. Pero tampoco nos apetece volver a pernoctar en el refugio, queremos pasar la última noche en Pirineos acampando en alguno de los lugares de la zona, de modo que iniciamos el descenso hacia el Cañón de Ordesa buscando alguna pradera con agua donde poder acampar.
20:00 PM
No encontramos agua por la zona, sólo hay agua abajo, en las inmediaciones de la Cascada de Cola de Caballo, pero allí está prohibido acampar. Decidimos seguir bajando y vivaquear por algún paraje del cañón.
21:00 PM
Llegamos al chozo que hay en los Llanos de Soaso pero no reúne las condiciones que buscamos. Mientras buscamos un lugar por las inmediaciones somos testigos de un impresionante alud de rocas en el Barranco del Mallo, dentro del cañón. Finalmente decidimos acampar al lado de un reguero cerca de las Gradas de Soaso.
Ahora solo pensamos en descansar y en dormir lo suficiente como para reponernos del enorme esfuerzo de estos días. Mañana tenemos que levantar pronto el campamento y descender por el cañón hasta la Pradera de Ordesa, donde pondremos punto y final a nuestra expedición pirenaica.
14:30 PM
Llegamos a Torla, último pueblo antes de entrar al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Visitamos el pueblo y comemos en uno de sus restaurantes.
Torla, parada obligada antes del Parque Nacional. |
Visitamos el Centro de Visitantes del Parque Nacional para informarnos de las restricciones dentro del Parque y sobre la posibilidad de practicar la Escalda Deportiva dentro del Cañón de Ordesa. También nos informamos sobre el estado del Monte Perdido y las posibilidades para su ascensión, pero el único que nos puede dar una información presida al respecto es el guarda del Refugio de Góriz. Solo en llegar al Refugio tardaríamos unas cuatro horas y media desde la Pradera de Ordesa.
18:10 PM
Nos adentramos en el Valle de Ordesa y llegamos al parking de La Pradera de Ordesa, situado a 1.320 m. de altitud. No tenemos tiempo para llegar al Refugio de Góriz, pero tampoco podemos acampar en los Llanos de Soaso porque lo prohíben expresamente las normas del parque. Así que nos dejamos de chorradas y preparamos los macutos para emprender la marcha cuanto antes, si se nos hace de noche sacaremos los frontales, pero vamos a llegar al refugio como sea. No obstante y por si acaso, porteamos todo el equipo de acampada.
Punta de Gallinero desde la Pradera de Ordesa. |
Cascada de Arripas. |
Río Arazas en las Gradas de Soaso. |
Llegamos a los Llanos de Soaso y nos damos de bruces con el Circo de Soaso, donde se encuentra la archiconocida Cascada Cola de Caballo (1.750 m.). Aparentemente aquí termina la jornada.
Cascada Cola de Caballo, uno de los referentes del Parque Nacional. |
Grandes paredes en el Circo de Soaso. |
Ya hemos superado las grandes paredes del circo, efectivamente el sendero está muy bien marcado y ganamos mucha altura gracias a la subida en zig-zag, pero no hay ni rastro del refugio. Estamos a 2.045 m. de altitud y ya casi no vemos nada. Sorprendemos a un grupo de jabalíes que no esperaban encontrase por aquí a dos montañeros perdidos a estas horas.
22:40 PM
Estábamos a punto de sacar los frontales cuando por fin divisamos la luz procedente del Refugio de Góriz (2.195 m.). El guarda no nos esperaba y se quedó un poco sorprendido por nuestra llegada tan tarde, pero nos recibió amablemente y nos invitó a que disfrutáramos de las instalaciones del refugio, con la condición de que no metiéramos mucho ruido porque en las habitaciones ya estaban pernoctando algunos montañeros, casi todos alemanes e italianos.
Jueves, 31 de mayo de 2012
8:00 AM
Noche de ronquidos y flatulencias en la habitación del refugio. A las seis de la mañana nuestros compañeros de habitación nos despertaron preparando sus mochilas y hablando en alemán entre ellos. Cuando por fin se marcharon Dany y yo bajamos a desayunar. Los muy cabrones me robaron la linterna que había dejado en la cocina y, por si fuera poco, dejaron las letrinas como una pocilga.
9:00 AM
Hablamos con el guarda del refugio y le planteamos nuestra intención del subir el Perdido por la Arista de Las Escaleras. Nos advierte de la nieve abundante y de la posibilidad de encontrarnos con cascadas de agua cayendo por alguna de las "Escaleras", este año todavía nadie ha subido por la arista y no sabe muy bien en qué estado nos vamos a encontrar las gradas. Por supuesto nos lo desaconseja si no llevamos equipo de cordada, pero le explicamos que nuestra intención es llegar a la cima por la arista de Las Escaleras para luego descender por la vía clásica del Barranco de Góriz. Tras algunas aclaraciones y los buenos consejos de quien mejor conoce la zona, iniciamos la ascensión al Monte Perdido cuando son las 9:15 de la mañana.
Refugio de Góriz. |
Impresionante vista del Cañón de Ordesa desde el Grao de Las Escaleras. |
Llegamos al Grao de Las Escaleras, a 2.600 m. de altitud. Se trata de la primera de las gradas que hay que escalar, pero no entraña ninguna dificultad salvo el nevero que asoma por encima de ella. Una vez superada habrá que calzarse los crampones.
Un pequeño respiro antes de la primera de las trepadas. |
Dany está marcando el ritmo pero va muy rápido, me temo que como siga subiendo tan rápido le va a dar una pájara de un momento a otro. Está muy impaciente por llegar a la cima, pero ya le advertí de que 1.200 m. de ascensión son muchos metros, y el Monte Perdido no nos lo va a poner fácil.
11:40 AM
Trepamos dos o tres gradas más y entre ellas cruzamos por varios neveros. Nos quitamos y nos ponemos varias veces los crampones y al final llegamos a lo alto de la Punta de Las Escaleras (3.027 m.), justo antes de la arista final del Perdido. Dany ha subido primero y yo desde abajo le oigo vociferar. Por un momento pensó que estábamos ya a un paso de la cumbre, pero la realidad es que habíamos llegado a un punto en el que aparentemente se acababa la ascensión: Por delante teníamos un contado por donde era imposible bajar, y la imponente mole de la cumbre del Monte Perdido con sus dos últimas "Escaleras" se nos puso delante y nos frenó en seco.
Dany se plantó, se quitó la mochila, la tiró al suelo y dijo que no subía más. Estaba dispuesto a renunciar a la cumbre y a volver por donde habíamos subido, algo totalmente inviable porque no llevábamos equipo para rapelar. Dejé que se sentara un rato para que se tranquilizara y yo me fui por la cresta hasta la otra punta para buscar un lugar por donde bajar al collado y poder así retomar la vía de la arista.
Tras unos minutos de confusión, Dany apareció detrás y juntos descendimos hasta el collado. Solo había una forma de salir de allí, subiendo por la arista del Monte Perdido, no había otra salida, había que seguir subiendo sí o sí.
Aun quedaban dos "Escaleras", la primera no parecía complicada pero la segunda, vista desde el collado, parecía infranqueable. Los dos mirábamos hacia arriba, mirábamos los nubarrones que se estaba formando y lo único que podíamos hacer era tragar saliva.
12:20 PM
Llegamos a la primera grada de la arista final. Hay una buena trepada pero antes hay que quitarse los crampones para luego volver a ponerlos arriba, es un coñazo, pero la trepada es muy disfrutona. No quiero ni pensar que no podamos subir la segunda "Escalera", porque si por algún motivo no encontramos la forma de escalarla, nos quedaríamos atrapados en la arista entre las dos escaleras, y la única forma de sacarnos de aquí sería mediante un rescate.
12:50 PM
Llegamos a la última grada, la peor de todas, la más larga, la más expuesta y la más complicada. Y por si fuera poco, la única vía que permite su escalada está mojada por el agua del deshielo. Los dos sabemos que no hay más opciones que subir y no tenemos tiempo que perder. Nos quitamos los crampones y comenzamos a escalar por la roca mojada. Es una vía de grado IV, sin cuerda, sin seguros, mojada, con mochilas y con una caída de varios metros, pero no podemos dejarnos llevar por el miedo, los dos sabemos por experiencia que el miedo en la escalada te puede dejar bloqueado en la mitad de una vía, pero aquí vamos sin asegurar, solo podemos subir con decisión y confiar en nuestra capacidad sin mirar hacia abajo.
13:00 PM
Superamos la última "Escalera", ya está, ya lo tenemos. Estamos a 3.200 m. de altitud, ya no hay más gradas, tan sólo nos queda subir por la arista final hasta la cumbre.
13:15 PM
Volvemos a notar los efectos de la altitud como en el Aneto y tenemos que parar cada diez pasos para tomar aire. Dany está poniendo al límite su cuerpo, le oigo jadear en cada paso, pero no quiere descansar, quiere subir del tirón porque las nubes que tenemos encima son bastante preocupantes. Yo tengo que parar, no puedo más, esto no se acaba nunca...
Tramo final de la arista SO, llegando a la cumbre. |
Una hazaña difícil de olvidar. |
Treparriscos en la cumbre del Perdido. |
Valle de Pineta desde la cumbre del Perdido. |
Cañón de Ordesa desde el Monte Perido. |
Pero lo peor está por llegar, tenemos que descender por La Escupidera, el punto negro del Monte Perdido, y no solo del Perdido, en muchos foros se habla de La Escupidera como el verdadero punto negro del pirineo en cuanto a accidentes fatales: Nada menos que 65 fallecidos, el último de ellos en el verano del 2010.
Rescates en el Pirineo (noticia en el Diario Vasco)
Imagen del Perdido desde el Cilindro. |
La percepción desde allí arriba es impresionante, un resbalón y dile adiós a la montaña para siempre. La pendiente al principio es muy fuerte, hay que ponerse los crampones y aun así hay que bajar asegurando bien cada paso, no conviene dejarse llevar por las prisas, pero lo cierto es que los nubarrones que tenemos encima no tienen buena pinta y a la memoria nos viene el reciente episodio durante el descenso del Aneto.
Nos ponemos los crampones, agarramos el piolet y comenzamos el descenso paso a paso. Alguien ha subido recientemente al Perdido y nos ha dejado marcada la huella, lo cual nos facilita mucho el descenso. El calor de los últimos días también juega a nuestro favor y la nieve a estas horas de la tarde está lo suficientemente blanda como para bajar bastante confiado, pero no olvidemos que son los Pirineos y cualquier precaución aquí es poca.
Dany baja confiado pero yo me voy quedando atrás poco a poco, me siento tan insignificante aquí arriba que pienso que esta inmensa montaña puede hacer conmigo lo que quiera. Me voy sintiendo cada vez más vulnerable y de pronto, sin saber por qué, me viene a mi mente la imagen de mi pequeña Mar. Entonces me quedé paralizado, sin apenas poder dar un paso más.
Dany se percató de mi retraso y esperó pacientemente hasta que pude reunirme con él. Le expliqué lo que me estaba pasando y me dio ánimos para seguir avanzando. A Dany le preocupaba la tormenta que pudiera estar formándose sobre nuestras cabezas, pero a mí lo único que me preocupaba era llegar sano y salvo al pequeño lago helado de la base del Cilindro.
14:00 PM
Llegamos al Lago Helado del Cilindro (2.985 m.). Lo peor ya ha pasado. No sé muy bien qué es lo que me ha pasado, no sabría explicarlo, pero ha habido un momento es que pensé que esta montaña iba a "tragarme".
Descendiendo ya por el Barranco de Góriz. |
Por fin podemos quitarnos los crampones y descender tranquilamente por el Barranco de Góriz, y parece que la amenaza de tormenta se está disipando. Ahora podemos respirar tranquilos y regresar al refugio con la satisfacción de haber cumplido con nuestro objetivo.
16:15 PM
Durante el descenso por el barranco nos hemos entretenido grabando a las Marmotas del Pirineo. Llegamos al refugio justo cuando el guarda salía con los prismáticos para intentar localizarnos. Nos preguntó cómo nos había ido y le contamos lo mejor que pudimos todas y cada una de las sensaciones vividas. Luego sacamos la comida y nos preparamos un buen plato de pasta antes de bajar al Cañón de Ordesa.
Dany posa orgulloso en el Refugio de Góriz. |
La verdad es que hemos castigado demasiado a nuestros cuerpos como para plantearnos ahora descender hasta la Pradera de Ordesa. Pero tampoco nos apetece volver a pernoctar en el refugio, queremos pasar la última noche en Pirineos acampando en alguno de los lugares de la zona, de modo que iniciamos el descenso hacia el Cañón de Ordesa buscando alguna pradera con agua donde poder acampar.
Rebeco en las praderas del Circo de Soaso. |
No encontramos agua por la zona, sólo hay agua abajo, en las inmediaciones de la Cascada de Cola de Caballo, pero allí está prohibido acampar. Decidimos seguir bajando y vivaquear por algún paraje del cañón.
21:00 PM
Llegamos al chozo que hay en los Llanos de Soaso pero no reúne las condiciones que buscamos. Mientras buscamos un lugar por las inmediaciones somos testigos de un impresionante alud de rocas en el Barranco del Mallo, dentro del cañón. Finalmente decidimos acampar al lado de un reguero cerca de las Gradas de Soaso.
La luna asoma en el Cañón al anochecer. |
Ahora solo pensamos en descansar y en dormir lo suficiente como para reponernos del enorme esfuerzo de estos días. Mañana tenemos que levantar pronto el campamento y descender por el cañón hasta la Pradera de Ordesa, donde pondremos punto y final a nuestra expedición pirenaica.
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