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jueves, 12 de julio de 2007

3ª Ascensión al Pico Tesorero (2.570 m).

El Pico Tesorero (2.570 m.) se encuentra en el corazón del Macizo Central de los Picos de Europa. En su cumbre coinciden los límites provinciales de Asturias, León y Cantabria. La vía clásica para su ascensión parte de El Cable, en Fuente Dé, a 1.834 m. de altitud, lo que supone salvar un desnivel de 736 m. Lo realmente atractivo de la ascensión de este pico es que ofrece las mejores vistas del Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes), con la Sierra de Cuera y el Mar Cantábrico al fondo.

Es jueves, 12 de julio de 2007. Clara está pasando unos días de vacaciones en Posada de Valdeón, pero yo tengo que trabajar en mi supermercado. Estamos en plena temporada alta y el trabajo no me da el más mínimo respiro. Pero necesito escapar, aunque solo sea por un día, necesito cargarme de energía, el cuerpo me pide agarrarme a la roca...

Le propongo a Clara la ascensión al Pico Tesorero. Sería la tercera vez que lo subo, pero no me importa porque subir al Tesorero siempre merece la pena, además, Clara no conoce la zona y estoy seguro de que lo va a disfrutar.

Salimos muy temprano de Posada con el Trepas para dirigirnos a Fuente Dé por la pista forestal que baja directamente desde el Puerto de Pandetrave. A primerísima hora llegamos a Fuente Dé y somos de los primeros en subir en el Teleférico. Comenzamos la lenta ascensión por La Vueltona y los canchales de Peña Vieja hacia la Cabaña Verónica (2.325 m.). Durante la ascensión, me doy cuenta de que los neveros que cruzaba en pleno mes de agosto allá por 1992 han desaparecido por completo.




Después de un par de horas de ascensión, alcanzamos por fin los Horcados Rojos (2.344 m.) donde se encuentran como siempre apostadas las Chovas en espera de que algún excursionista deje algunos restos de comida.





Nos paramos a comer un poco mientras disfrutamos de las vistas en compañía de nuestras amigas las Chovas. Después de un buen rato esperando pacientemente, consigo que una de ellas se confíe y se acerque a comer de mi mano... No ha podido resistirse al sabor de los frutos secos.




Al poco rato comienzan a aparecer un montón de ellas, pero sólo una tiene el valor de acercarse lo suficiente para comer de mi mano. Alguna de ellas se deja fotografíar. La última vez que estuve aquí conseguí hacer una de mis mejores fotografías con una chova y el Picu Urriellu.


Después de comer y antes de que se acercara un numeroso grupo de excursionistas, retomamos la ascensión del Tesorero y alcanzamos la cumbre en poco menos de media hora.


miércoles, 26 de abril de 2006

2ª Ascensión al Pico Tesorero (2.570 m.).

El Pico Tesorero (2.570 m.) se encuentra en el corazón del Macizo Central de los Picos de Europa. En su cumbre coinciden los límites provinciales de Asturias, León y Cantabria. La vía clásica para su ascensión parte de El Cable, en Fuente Dé, a 1.834 m. de altitud, lo que supone salvar un desnivel de 736 m. Lo realmente atractivo de la ascensión de este pico es que ofrece las mejores vistas del Picu Urriellu (Naranjo de Bulnes), con la Sierra de Cuera y el Mar Cantábrico al fondo.

Miércoles, 26 de abril de 2006. Los trabajos para la reforma y acondicionamiento del futuro supermercado de Posada de Valdeón siguen su curso mientras planifico la constitución de la nueva empresa. Y en medio de toda esta vorágine organizativa, me he tomado un respiro y me voy de ruta con Julio y Laura, que dirigen el Albergue "Ardilla Real" de Santa Marina de Valdeón.

El plan consiste en realizar una ascensión al Pico Tesorero (la segunda en mi caso) con la posibilidad de intentar regresar por el Tiro Casares (2.374 m.) hasta el sedo de La Padierna y Liordes. Tenemos todo el día por delante y hace un sol radiante pero hay mucha nieve, de modo que vamos equipados con crampones y piolet.

Salimos temprano de Posada con dirección a Potes por el Puerto de San Glorio. Vamos con la furgoneta de Julio y Laura porque tienen intención de quedarse una noche en el camping de Potes. De Potes nos dirigimos a Fuente Dé y llegamos justo para coger el primer viaje del Teleférico. A eso de las 10:30 ya estábamos en El Cable (1.834 m.) dispuestos a emprender la marcha. En unas dos horas y media llegamos a los Horcados Rojos (2.344 m.) para tomarnos un respiro antes de acometer la ascensión al Tesorero.

Y allí como siempre comimos en compañia de las Chovas mientras disfrutábamos de las espléndidas vistas del Uriellu y Cuera. En ese momento, un Acentor Alpino se me acercó para intentar comer alguno de los restos de mi bocata, así que aproveché el momento para fotografiar al valiente pajarillo...

Nada más comer comenzamos con la ascensión. Preparamos los crampones pero pronto nos damos cuenta de que no son necesarios: El sol calienta mucho y la nieve está demasiado blanda.

Y en menos de una hora alcanzamos la cumbre del Pico Tesorero. 14 años han pasado desde la primera vez que estuve aquí, con Tato y Alberto, mis primeros compañeros de aventuras por los Picos de Europa; recuerdo perfectamente cada momento de aquella aventura que nos llevaba a atravesar el Macizo Central.

El día es claro y nítido y nos permite ver con claridad todos los puntos del horizonte y analizar la posible ascensión de Torrecerredo, que tenemos justo enfrente.


La cumbre está totalmente cubierta de nieve y tenemos que andar con cuidado; está bastante blanda y la rimaya sobre la que estamos podría romperse con nuestro peso.


Regresamos sin demora por la Cabaña Verónica (2.325 m.). Allí se encontraba su guarda quien nos desaconsejó acercarnos al Tiro Casares; hay mucha nieve pero con este calor se están rompiendo muchas rimayas por la zona y podríamos caer por algún hueco sin fondo. Así que regresamos rápidamente a El Cable para coger el último viaje del Teleférico. Y llegamos justo a tiempo, por muy poco lo perdemos. De haberlo perdido, hubiéramos tenido que bajar por el Sedo de La Jenduda, 800 metros de caída directa, y las fuerzas comenzaban a flaquear.

Ya en Fuente Dé, Julio y Laura cogieron su furgo para irse a Potes y proseguir sus planes. Yo regresé en solitario por la pista que sube a los Altos de Valdeón. Era tarde y estaba agotado, pero tenía que estar al día siguiente en Posada para supervisar los trabajos en el local del supermercado. La subida por la pista se me hizo eterna, pero llegando a la Vega de Valcavao, cuando comenzaba a anochecer un lobo se cruzó por mi camino; no tuve tiempo de coger los prismáticos, corrió por toda la vega hasta esconderse por los piornales.

Cuando llegué a los altos de Valdeón, comencé el descenso directo por el hayedo hasta Santa Marina. En una de las vegas, un grupo de ciervos pastaba tranquilamente sin importarles demasiado mi presencia. Era casi de noche, pero pude verles perfectamente. Y llegando a Santa Marina me crucé con Cepo, el Mastín de Carlos que cuida de sus caballos. Me pegó un buen susto y me advirtió de que esas no son horas para andar por ahí. A las diez de la noche llegué a Santa Marina, saludé a Josefa y Eusebio y cogí el Trepas para regresar a Posada. Llegué literalmente "machacado", pero con la satisfacción de haber disfrutado de una jornada memorable.


miércoles, 15 de julio de 1992

Travesía Macizo Central de los Picos de Europa.

Los Picos de Europa constituyen una unidad montañosa que se desprende de la Cordillera Cantábrica hacia el norte acercándose a unos 20 kilómetros del Mar Cantábrico. Favorecido por la naturaleza de la roca calcárea y las abundantes precipitaciones se ha originado un importante Karst que ha dado lugar a la formación de numerosos hoyos ("Jous"), simas y profundas gargantas.

De los tres macizos que conforman la unidad montañosa es el Macizo Central, también conocido como el Macizo de los Urrieles, el más extenso y agreste, donde se encuentran las mayores altitudes y las simas más profundas.

Alberto, Tato y yo nos hemos planteado un reto para este año, al igual que hizimos el año pasado cuando fuimos a pedal desde León hasta los Picos de Europa. Nos hemos puesto delante del mapa del Macizo Central de los Picos de Europa y hemos trazado un recorrido para atravesarlo de sur a norte: Partiremos de Cordiñanes, subiremos a Collado Jermoso, cruzaremos la Vega de Liordes, bajaremos los Tornos de Liordes, subiremos el teleférico de Fuente De, ascenderemos el Pico Tesorero, cruzaremos los Horcados Rojos, cruzaremos el Jou sin Tierra, pasaremos por la Vega de Uriellu, tocaremos el Naranjo de Bulnes, y bajaremos hacia El Cares por Bulnes y Poncebos.

Nos llevamos la tienda de campaña y comida abundante para los cinco días a base de latas de conservas, embutido envuelto en una tela, pan, leche, galletas, leche condensada y alguna lata de Isostar.

Partimos el sábado 11 de julio desde Cordiñanes. Es la segunda vez que subo a Collado Jermoso y recuerdo la ruta perfectamente: La Rienda de Asotín, el Hayedo y la Vega de Asotín, la Canal Honda (y su atajo para evitarla por el Argayo Berón) y el Argayo Congosto. Recuerdo también a la Aguja Señora del Tío Toribio, perfectamente visible desde el Argayo Congosto.

Poco antes de entrar en el Argayo Congosto nos encontramos con una pareja de alemanes que andaban totalmente desorientados. No entendían ni "J" en castellano, de modo que nos comunicamos como pudimos con el inglés. No tenían ni idea de por dónde se subía al refugio, estaban a punto de meterse por un desvío hacia la Canal de Asotín que conducía directamente a un cortado sin salida. Les dijimos que nos acompañaran y treparon el Argayo Congosto detrás de nosotros. El tipo se parecía mogollón al actor Rutger Hauer, el de Blade Runner.

En esta ocasión no pernoctamos en el refugio, como nos llevamos la tienda de campaña con su material repartido entre las tres mochilas montamos campamento en las proximidades del refugio. En lo alto de la Torre Jermosa había decidido montar su tienda un obsesivo de la fotografía que perseguía una instantánea de un rebeco con Torre Santa al fondo. Se había traído a su hijo pequeño y le dijimos que aquel no era un buen lugar para montar la tienda porque durante la noche se levantaban vientos huracanados. No nos hizo caso. A las tres de la mañana le vimos desmontar su tienda y meterse en el refugio... hacía un viento endiablado.

Me cautivó la belleza de la Torre de Friero con su impresionante corredor norte. Al día siguiente partimos temprano rumbo a la Vega de Liordes por Las Colladinas. La imagen de la Torre Jermosa con Torre Santa al fondo es digna de las mejores postales de los Picos de Europa.

Llegamos a la Vega de Liordes más o menos a la hora de comer. Teníamos la vega entera para nosotros solos; el año pasado la habíamos visto desde el Collado Remoña y no nos imaginábamos que era tan grande. Sacamos nuestras viandas de las mochilas y nos pusimos a comer. Acto seguido nos entraron ganas de cagar y cada uno nos buscamos el mejor retrete rocoso disponible.

Echamos un último vistazo al Valle de Valdeón y a la Torre Santa y emprendimos el descenso por los vertiginosos Tornos de Liordes mientras escuchábamos en la radio portátil de Tato el desarrollo de la etapa del Tour de Francia.


Llegamos a Fuente De a última hora de la tarde y fuimos directamente al Camping para contratar una parcela para acampar esa noche. Después de lavarnos nos sentamos en una de las mesas del bar donde nos encontramos con Rutger Hauer y su chica. No sabíamos que habían hecho la misma ruta que nosotros, habían salido más temprano, por eso no coincidimos. Estuvimos charlando con ellos un buen rato poniendo en práctica nuestras dotes con el inglés.


El día siguiente amaneció con el cielo totalmente encampotado, pero pronto nos dimos cuenta que eran nubes bajas y el personal del teleférico nos confirmó que arriba estaba despejado. Fue un momento espectacular cuando la cabina del teleférico cruzo las nubes y aparecimos por encima del mar de nubes con un sol radiante.

Comenzamos a caminar en dirección a la Cabaña Verónica, que se la ve perfectamente a los pies del Pico Tesorero. Poco después de pasar por La Vueltona nos encontramos con que la senda estaba cubierta por un gran nevero. Cruzar un nevero en pleno verano fue toda una novedad para mí, nunca lo había experimentado.


Pero lo que más deseaba en aquel momento era llegar a Horcados Rojos para disfrutar de las vistas del Naranjo de Bulnes, con la Sierra de Cuera y el Mar Cantábrico de fondo. Antes pasamos por la Cabaña Verónica, una cabina en forma de iglú extraída de un portaaviones que sirve de refugio para 8 únicas plazas.


En el mirador de los Horcados Rojos estuvimos comiendo antes de enfrentarnos a la ascensión del Pico Tesorero, que con sus 2.570 m. de altitud se convierte en la primera de mis grandes ascensiones, nunca antes había estado en un punto geográfico tan elevado. Concurren en su cumbre los límites provinciales de León, Asturias y Cantabria; estábamos en "Tierra de Nadie". Saludamos de nuevo desde la cumbre a la Torre Santa.


También ha sido la primera vez que he experimentado la sensación de vacío cuando hemos bajado hacia el Jou de los Boches por el cable de acero que está amarrado a la roca. Un mal paso durante aquel descenso y no lo cuentas, y como te pille una tormenta mientras bajas agarrado al cable date por muerto, no sería la primera vez.

Mientras cruzamos el Jou de los Boches hacia el Jou sin Tierra paramos para deslizarnos con las esterillas por alguno de los neveros. Estábamos sedientos, hacía mucho calor, así que nos prometimos bebernos una botella de vino en el refugio del Naranjo de Bulnes.

En cuanto llegamos al refugio preguntamos por el guarda para reservar nuestra plaza. Nos dijeron: "Es aquél"... "Hola, ¿eres el guarda del refugio?" "Puede..." nos contesta. Debía tener una crisis de identidad, el muy gilipollas. En fin, nos asignó nuestra plaza y nos explicó las normas. Al menos nos permitió cenar dentro del refugio, nos sentamos en una de las mesas y sacamos nuestras viandas. Cuando vimos a los de al lado sacar su hornillo y calentarse unos espaguetis se nos cayó la baba... y nosotros ahí, con nuestro trozo de jamón, lomo y chorizo... "Tenemos que hacernos con un hornillo", meditamos.


El día siguiente continuamos nuestro camino en dirección hacia Pandébano, desde donde lanzamos las fotos con la estampa clásica del Naranjo de Bulnes. Nos llamó la atención un ganadero que intentaba meter a las vacas en los graneros, al parecer había una que se le estaba resistiendo y no paraba de gritar: "¡Aposenta, aposenta!"

De Pandébano bajamos hasta Bulnes, y de Bulnes a Poncebos por la Canal del Tejo. Llegamos reventados, pero nos quedaba por delante toda la Ruta del Cares. De vez en cuando paramos para meter los pies en las gélidas aguas del canal. Llegamos a Caín cuando comenzaba a caer la noche, pero estábamos tan cansados que no teníamos ganas de montar la tienda, así que nos metimos en el pórtico de la Iglesia y allí tiramos los sacos para dormir bajo la mirada atónita de los cainejos que pasaban por allí.


Ha sido una aventura memorable; regresamos a León con la sensación de que se nos ha hecho demasiado corta. No obstante, ya tenemos anotado que para el próximo año vamos a hacer la Travesía por el Macizo Occidental.