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viernes, 2 de mayo de 2008

Las Peñas de Cifuentes.

En Valdeón llaman "Peñas de Cifuentes" al macizo formado por la Torre de Friero, Torre del Hoyo de Liordes, Torre de Salinas y Peña Remoña. Y es que este macizo esta separado del Macizo Central por la Canal de Asotín, por la Vega de Liordes y por Los Tornos de Liordes. Existen dos únicos pasos que permiten cruzar las Peñas de Cifuentes: La Canal de Pedabejo y la Collada de La Chavida. El paso por ambos permite realizar una de las travesías más espectaculares de los Picos de Europa.




Estamos en el Puente de Mayo de 2008. Por quinta vez organizo la travesía guiada por las Peñas de Cifuentes, esta vez para Antonio, Miguel y Víctor, amigos de mi hermano Luis. El día es soleado aunque hace un poco de frío. La nieve impide que alcancemos el Caben de Remoña con el Trepas, pero podemos llegar a la Horcada de Valcavao.

Emprendemos la subida por el Sedo de Remoña sin demasiadas complicaciones. No hay mucha nieve y nos abrimos paso sin dificultad. Pero al alcanzar el Collado Remoña (2.030 m.) comenzamos a pisar nieve de continuo.


Víctor no lleva el calzado adecuado y pronto empieza a notarlo, se le calan los pies de inmediato, lo cual no es nada bueno para su resfriado. Después de reponer fuerzas, continuamos la travesía.


A medida que vamos cogiendo altura hay más nieve lo que facilita enormemente el paso por esta zona, plagada de grandes rocas. Pero en algunos tramos tenemos que extremar las precauciones puesto que la pendiente es bastante fuerte y puede haber bloques de hielo o grietas bajo la nieve.



Bordeamos el Hoyo de Liordes y la Torre Olavarría. En este punto siempre me fijo en la subida hacia la Torre del Hoyo de Liordes y la Torre de Salinas. Encumbrar alguna de las dos es algo que tengo en mente desde hace bastante tiempo. Desde aquí no parece bastante complicado, no creo que sea necesario llevar equipo para escalarlas. No sé, puede que algún día lo intente, ya veremos.



Avanzamos poco a poco mientras voy abriendo huella con mis crampones. Es paisaje aquí siempre es sobrecogedor, sin duda uno de los parajes más espectaculares de los que conozco en Picos. Noto que mis colegas lo están disfrutando al máximo, a pesar de algunas dificultades por las que atravesamos.





Llegando a la Torre Olavarría, el paso más complicado, optamos por subir directamente por la vertiente nevada a pesar del fuerte desnivel.




Pronto alcanzamos la Canal de La Chavida, en su viertiente hacia Asotín. Disfrutamos de la panorámica espectacular de las estribaciones del Friero, de la Canal de Asotín y del Collado Jermoso con Peña Santa al fondo. Es impresionante notar la caída descomunal hacia Asotín y ver "colgado" de la peña al mejor refugio de los Picos de Europa, Collado Jermoso.


Ahora nos queda la última subida hacia la Collada de La Chavida (2.160 m.); para llegar tenemos que ir sorteando numerosas simas que abundan por esta zona, extremando las precauciones porque la nieve puede estar ocultando alguna bajo nuestros pies. Tras la collada, nos espera el largo descenso por el nevero hasta dar con la senda que cruza hacia el Caben de Remoña.

Ha sido una jornada estupenda, me he sentido muy bien a pesar de las enormes dificultades por las que estoy atravesando con la cesión de mi supermercado de Posada. Ha sido un paréntesis en una de las etapas más difíciles de mi vida; he tomado oxígeno, he respirado aire puro y me he cargado de energía para seguir adelante. Y esa energía, como siempre, me la da la Montaña.


domingo, 3 de septiembre de 2006

Ascensión a Torre de Friero (2.445 m.)

La Torre de Friero (2.445 m.) es mundialmente conocida por su larguísimo corredor norte, el más largo de España. Con más de 1.000 metros de vía este corredor es codiciado por los mejores escaladores, quienes acuden sobre todo en el invierno para escalarlo. Pero además de su corredor, El Friero es uno de los Picos más característicos del Macizo, por su forma erguida y esbelta.


Es domingo, 3 de septiembre de 2006. La semana pasada fracasó el segundo intento de alcanzar la cumbre del Friero y no he podido recuperarme de la decepción de abandonar cuando estaba ya tan cerca. La primera vez lo había intentado el año pasado, subiendo por la cara sur, pero fue imposible subir por una chimenea de la que se desprendía cualquier roca a la que me agarrara; me quedé a unos 200 m. de la cumbre. Así que lo he organizado todo para volver a intentarlo, aunque tenga que hacerlo en solitario. Finalmente mi hermana Laura ha decidido subir conmigo.

Subimos lo más pronto que pudimos con el Trepas hacia el Caben de Remoña para ascender por el Sedo de Pedabejo hacia el Collado Remoña. Bordeamos las Peñas de Cifuentes y descansamos en la Collada de La Chavida antes de atacar la ascensión.

La primera parte de la ascensión por la terraza hasta la cara norte se resuelve sin dificultad salvo por las numerosas piedras que continuamente se desprenden a nuestro paso. Ya en la cara norte sorteamos con mucho cuidado las enormes grietas que caen hacia Asotín; la sensación de vacío es tan grande que nos hace extremar las precauciones al máximo. Y así, alcanzamos el final del corredor norte para dar con el balcón que asoma hacia Asotín. Hasta aquí llegué la semana pasada acompañado de Clara, Maite y Quique. Fue imposible convencer a Maite para seguir con la ascensión, lo estaba pasando realmente mal y decidimos dar la vuelta.



Pero esta vez voy con mi hermana Laura, que se habituó rápido a la sensación de vacío y está decidida a coronar El Friero conmigo.

Las vistas son espectaculares; el aire es tan limpio que se ve el Mar Cantábrico con toda nitidez, y en el horizonte no dejan de verse montañas en la Cordillera.


Comenzamos a trepar el tramo final de la ascensión por un corredor casi vertical sin demasiada dificultad salvo por la sensación de vacío. De momento no veo la necesidad de asegurarse con cuerda pero cuando terminamos este corredor llegamos a la chimenea que procede del corredor norte y la cosa cambia. Aquí la sensación de vacío es mucho más fuerte y pensando en la bajada ato una cuerda a la roca.

Y por fin llegó el momento más esperado. Tras subir por la chimenea alcanzamos la vía que sube ya directa a la cumbre. Son los últimos metros de la ascensión y la emoción de coronar El Friero hace que nos olvidemos del agotamiento físico. Ya en la cumbre nos fundimos en un fuerte abrazo y no paramos de movernos de un lado a otro para no perder detalle del inmenso panorama que teníamos ante nosotros.

En frente, Collado Jermoso, con su refugio casi insignificante pero que impresiona verlo ahí colgado en la roca...


Y en el otro Macizo, Torre Santa, con la línea del mar en el horizonte. Tomaré esta instantánea para utilizarla como la imagen corporativa de mi negocio en Posada de Valdeón, que por algo he llamado "Supermercado Friero".


Embriagado todavía con la emoción, me siento a enviarle a Clara un mensaje desde mi móvil: "Saludos desde la cumbre del Friero... ojala estuvieras aquí para contemplar lo que tengo antes mis ojos". La semana pasada en su despedida le prometí que le enviaría una foto y un mensaje desde la cumbre, y lo prometido es deuda...



Hacemos un montón de fotos, no quiero perder ningún detalle porque no se cuándo podré volver. Se ve por completo el Valle de Valdeón, la Canal de Asotín, el Monte Corona...

Y no pierdo detalle de mi próximo objetivo en los Picos de Europa: Subir la Torre del Hoyo de Liordes (2.474 m.). Desde aquí puedo ver su posible vía ascensión.


Ha sido emocionante, por primera vez después de mucho tiempo me siento feliz, siento que Valdeón es mi sitio, que he tomado la decisión acertada, siento que he recuperado mi autoestima... Y ha sido un placer poder compartirlo con mi hermana Laura; estoy seguro de que para ella también ha sido muy emocionante, ella también vivió en Valdeón y siempre quiso subir la Torre de Friero. Hoy ha sido un gran día para los dos.


domingo, 27 de agosto de 2006

Aproximación a Torre de Friero (2.445 m.).

La Torre de Friero (2.445 m.) es mundialmente conocida por su larguísimo corredor norte, el más largo de España. Con más de 1.000 metros de vía este corredor es codiciado por los mejores escaladores, quienes acuden sobre todo en el invierno para escalarlo. Pero además de su corredor, El Friero es uno de los Picos más característicos del Macizo, por su forma erguida y esbelta.

Es jueves, 24 de agosto de 2006. Estoy en plena temporada alta y el supermercado marcha estupendamente, hay muchos turistas, hace un tiempo estupendo y dos meses después de ponerlo en marcha todo va sobre ruedas, las ventas son inmejorables, Susi trabaja estupendamente y mis padres han venido a echarme una mano.

Por aquí están mis amigos Quique y Maite, de León, que han venido a pasar unos días de vacaciones a los Picos de Europa. Y no he tardado en ofrecerles una de mis aventuras, intentar nuevamente la ascensión a la Torre de Friero. Precisamente con ellos lo había intentado el año pasado, pero no pudimos llegar a cumbre por intentarlo por la vía más complicada. Este año lo volveremos a intentar, el domingo 27, esta vez por la vía normal.

El viernes entraron en mi súper Clara y Toñi, y resulta que Clara es la sobrina de mi vecina Mary. Por supuesto les ofrecí mi ayuda para todo lo que necesitaran y les animé a que se apuntaran a la aventura del domingo con Quique y Maite, a lo que accedieron sin reparos. Mientras tanto les aconsejé algunas rutas que podían hacer por el valle, incluso me acompañaron a Fuente Dé a recoger la miel ecológica de uno de mis proveedores.

Y llegó el día. Me ha costado organizarlo todo para que en mi ausencia todo vaya bien; es la primera vez que me ausento del supermercado, pero tengo la suerte de contar con Susi, en la que confío plenamente, y tengo además a mis padres. Así que con todo preparado y organizado, me voy de ruta con Quique, Maite, Clara y Toñi. Cogimos temprano el Trepas y subimos al Caben de Remoña. El día es estupendo, presiento que todo va a salir bien. Inmediatamente nos ponemos en marcha para subir por el Sedo de Remoña.

En cuanto llegamos a la Vega de Liordes me percaté de que mi cámara llevaba la batería descargada, así que estas fotos proceden de la cámara de Toñi, que no perdió detalle durante toda la travesía por Cifuentes.

Y los rebecos estaban por allí, como siempre. Durante la marcha yo iba por delante, abriendo camino, pero estaba tan ansioso por llegar a la base del Friero que a veces miraba hacía atrás y comprobaba que a ese ritmo dejaba atrás a mis acompañantes, así que reduje la marcha hasta llegar a La Chavida.

Allí paramos para descansar y comer para retomar fuerzas. En ese momento Toñi renunció a continuar con la ascensión, estaba muy cansada y prefirió quedarse por el lugar a descansar y tirar algunas fotografías. Lo demás emprendimos la ascensión con Quique y Maite a la cabeza. Clara y yo íbamos por detrás, tranquilamente, paso a paso, momento que aproveché para entablar conversación con ella, aunque el agotamiento de la subida y los nervios que llevaba encima a penas me dejaron articular palabra.


Cuando llegamos al paso más delicado, después de sortear las descomunales caídas hacia Asotín por el corredor norte, nos encontramos a Quique y Maite atascados. Maite está tan sobrecogida por el impresionante vacío que no puede dar un paso más. En ese momento, agarro la mano de Clara y la ayudo a dar el último salto hasta alcanzar la terraza sobre la Aguja de Maria Luisa. Yo les digo que ya estamos muy cerca, a pocos metros de la cumbre, pero Maite se niega a trepar por aquella chimenea tan expuesta. Clara no dice nada, sólo disfruta de las vistas, y Quique está dispuesto a intentarlo en otra ocasión.

En otras circunstancias les hubiera dicho que regresaran a La Chavida mientras yo alcanzaba la cumbre, pero había una fuerza aun mayor que me impedía separarme de Clara... Por un momento nos quedamos allí, los dos solos, tumbados sobre la terraza, todavía impresionados con la altitud, queriendo decir algo pero sin saber qué decir...

Finalmente, regresamos al encuentro con Toñi en La Chavida y descendimos por el pedrero hacia el Caben. Mi frustración por no alcanzar la cumbre estando tan cerca podría haber sido insoportable, pero en ese momento mi cabeza estaba en otro lado, sin importar otra cosa nada más que estar cerca de Clara.




No obstante, me he prometido a mí mismo intentarlo de nuevo la próxima semana, llegar a la cumbre y enviarle a Clara un mensaje desde allí mismo.

jueves, 13 de abril de 2006

Las Peñas de Cifuentes.

En Valdeón llaman "Peñas de Cifuentes" al macizo formado por la Torre de Friero, la Torre del Hoyo de Liordes, Torre de Salinas y Peña Remoña. Y es que este macizo esta separado del Macizo Central por la Canal de Asotín, por la Vega de Liordes y por Los Tornos de Liordes. Existen dos únicos pasos que permiten cruzar las Peñas de Cifuentes: La Canal de Pedabejo y la Collada de La Chavida. El paso por ambos permite realizar una de las travesías más espectaculares de los Picos de Europa.

Cuando vine a vivir a Valdeón estuve trabajando en varios proyectos que me permitieran ganarme la vida aprovechando los recursos que ofrece un entorno como este. Uno de ellos consistió en hacerme guía titulado de montaña, para lo cual llegué a inscribirme en la Asociación Española de Guías de Montaña. Sin embargo la titulación de "Guía de Montaña" no está reconocida ni regulada en España.

No obstante estoy diseñando varias rutas especiales por los Picos de Europa que permiten disfrutar de la montaña desde una óptica diferente, rutas que pasen por lugares imposibles y que ofrezcan emociones tan fuertes que sean difíciles de olvidar. Y esta es precisamente una de ellas: La Ruta de las Peñas de Cifuentes.

Consiste en un circuito circular que bordea el macizo formado por la Torre del Hoyo Chico (2.356 m.), la Torre del Hoyo de Liordes (2.474 m.) y la Torre de Salinas (2.446 m.) pasando por la Collada de la Chavida (2.160 m.) que lo separa de la Torre de Friero (2.445 m.). Lo he recorrido varias veces para asegurarme del trazado y he marcado con varios hitos los puntos más delicados de la travesía.

En esta ocasión llevo a Almudena y a la pareja formada por Angel Mari y Amaya. A Angel Mari le conozco desde hace años, hacía el mejor pan ecológico que nadie pueda imaginar, y surtía a "La Cesta Biológica" durante los primeros años de funcionamiento. Desde entonces siempre he mantenido una muy buena relación con él. Recientemente se ha separado y hemos hablado mucho de nuestra nueva situación; me anunció que venía a visitarme y organicé esta ruta para la ocasión. Viene acompañado de Amaya, una montañera experimentada que se ha pateado los Pirineos de punta a punta. Pero estoy seguro de que esta ruta no la dejará indiferente.

Nos acercamos con el Trepas al Caben de Remoña procedentes del Puerto de Pandetrave; la pista ofrece panorámicas espectaculares del Valle de Valdeón. Nada más comenzar a caminar hay que dirigirse por la senda que viene marcada hacia la Canal de Pedabejo. Hay dos maneras de subir la canal: Por el pedrero (la ruta normal) o por el Sedo de Remoña (la variante más atractiva pero no apta para montañeros inexpertos). Les llevo por el sedo porque es mucho más interesante que subir en zig-zag por un pedrero interminable.

Tras pasar el sedo llegamos a la parte alta de la canal que se abre hacia el Collado Remoña (2.030 m.). Con las vistas de la Vega de Liordes que ofrece este punto merece la pena tomarse un buen descanso después del esfuerzo que ha supuesto subir desde el Caben de Remoña.

La ruta normal baja a la Vega de Liordes, pero lo que se trata ahora es de buscar el camino más cómodo para bordear la Torre de Salinas procurando no perder altitud, tenemos que mantenernos en torno a los 2.000 m. de altitud.

Enseguida llegamos al Hoyo de Liodes el cual invita a subir a la Torre del mismo nombre, pero tenemos que mantener altitud y así llegaremos a las estribaciones de la Torre Olavarría. Por aquí hay pasos delicados pero espectaculares, y la Torre Santa asoma ya por el horizonte.

Amaya me habla mucho de los Pirineos, pero reconoce estar realmente impresionada de la belleza de los Picos de Europa, es la primera vez que los visita.

Llegamos a un hoyo pequeño que resulta ser el Hoyo Chico, pero una vez cruzado tenemos que descender varios metros por las estribaciones de la Torre del Hoyo Chico en dirección a la Canal de Asotín. Por aquí hay que dejarse guiar por varios hitos que indican el único sitio por donde se puede pasar. Enfrente ya podemos ver el Refugio de Collado Jermoso.

Aquel paso nos permite alcanzar la Canal de La Chavida, inconfundible por la característica silueta de la Torre de Friero y porque invita a subirla hasta alcanzar lo alto de la collada. Tenemos que andar con cuidado porque por aquí hay numerosas simas, algunas de ellas muy profundas, que pueden estar tapadas por la nieve. Cuando llegamos a la Collada tenemos otro punto ideal para otro merecido descanso mientras contemplamos Collado Jermoso, El Llambrión, La Palanca, Torre Santa...

Ahora toca descender la canal hasta el Peñón Chico, y desde allí, caminar por alguna de las numerosas veredas hacia el Caben de Remoña que se distingue en el horizonte.