domingo, 6 de octubre de 1991

Collado Jermoso (por el Argayo Congosto).

El Refugio Diego Mella fue construido en 1942 en un lugar privilegiado de los Picos de Europa para servir como base a las ascensiones del Llambrión, La Palanca y la Torre del Peñalba. Su construcción fue ideada por Diego Mella, pero fue el arquitecto Julián Delgado Úbeda, presidente de la Federación Española de Montañismo, quien la llevó a buen término. Es el refugio más antiguo de los Picos de Europa y está situado en el Collado Jermoso a 2.064 m. de altitud, en la base del Grupo del Llambrión.

Cuando subí al Collado Remoña con Alberto y Tato el mes pasado nos encontramos con un guarda que nos dejó ver con sus prismáticos la ubicación exacta del Refugio de Collado Jermoso. Pensé entonces que mi próxima ruta por los Picos de Europa serviría para llegar hasta el mismo refugio.

Recientemente me he comprado una Guía de los Picos de Europa y un mapa de rutas por el Macizo Central. En la guía figura la ruta de ascensión al Collado Jermoso por la Canal de Asotín como una de las rutas más duras de los Picos, con un desnivel de más de 1.200 m. pero a su vez la destaca como una de las rutas de mayor belleza de los Picos. Me muero de ganas de subir y no estoy dispuesto a esperar hasta el próximo verano, así que pongo toda la maquinaria en marcha para subir al Collado Jermoso el fin de semana del 5 y 6 de octubre, justo antes de que cierren el refugio para el invierno.

Mi hermana Laura se apuntó de primeras a la aventura y no nos costó mucho convencer a nuestro amigo Carlos De Vega para que se viniera con nosotros. Nos organizamos los tres para salir el sábado temprano con el Suzuki de Carlos.

Fuimos directamente a Cordiñanes. Aparcamos el Suzuki al lado del abrevadero que hay a la entrada del pueblo; llenamos las cantimploras y nos preparamos las mochilas para comenzar con la ascensión. Le preguntamos a una vecina del pueblo por dónde se coge la senda que sube hacia la Rienda de Asotín y la buena señora nos acompañó durante un buen trecho para indicarnos el camino correcto. Evarista era su nombre, y nos habló de sus años jóvenes en los que subía el ganado por la Canal de Asotín.

La Rienda de Asotín es el primero de los pasos delicados de la ruta, un sedo excavado a pico en la misma pared de la montaña, con una caída de más de cien metros. Tras pasar por el sedo, la ruta se abre paso hacia la Canal de Asotín a través del Hayedo de Asotín, un espeso hayedo situado a 1.400 m. de altitud.


De momento la ruta está bien marcada y son numerosos los hitos que nos indican el buen camino. El hayedo es precioso, enclavado ahí entre dos grandes montañas y ofreciendo unas vistas magníficas del Macizo Occidental. En una de las paradas improvisadas para descansar intento hacerme un palo con una vara de haya.

Tras pasar por el hayedo la ruta se abre paso en la Vega de Asotín, la base para las ascensiones a la Torre de Friero por su gran Corredor Norte. De frente sube la senda por la Canal de Asotín directamente a la Vega de Liordes, pero nosotros debemos dirigirnos hacia la izquierda para pasar por la Canal Honda. Nos habían hablado de la posibilidad de evitar la Canal Honda durante la subida por lo incómodo de subir pisando piedras tan inestables, así que optamos por subir por la alternativa recomendada que parece bien marcada por los hitos.

Aquí es donde la pendiente comienza a notarse de verdad y el cuerpo empieza a acusar el esfuerzo de la subida. Pero el paisaje es verdaderamente impresionante. Estamos justo debajo de la Torre Jermosa, a punto de entrar en el llamado Argayo Congosto, donde vierten las aguas que proceden del nevero del Llambrión.

Por el Argayo Congosto hay que agarrarse con las manos con bastante frecuencia para asegurar bien los pasos, pero en ningun momento se expone demasiado al vacío. El paisaje es sobrecogedor; nos parece espectacular el enorme corredor norte del Friero. En los últimos pasos el terreno es todavía más pendiente e inestable y la niebla no nos deja divisar el horizonte, pero el refugio ya está muy cerca, lo sabemos porque se escucha el agua que cae de la fuente del Llambrión.



Llegamos al refugio más o menos a las siete de la tarde. Lo primero que hizimos fue visitar las instalaciones del refugio y consultar con el guarda las normas y condiciones de nuestra pernocta. Acto seguido nos acercamos hasta la fuente para asearnos y cambiarnos de ropa, y nos dimos una vuelta por los alrededores para contemplar el paisaje, aunque la niebla era tan abundante que no nos permitió disfrutar del mar de nubes tan característico de esta zona.

Cenamos en el comedor del refugio en compañía de los otros excursionistas y nos fuimos pronto a dormir. Fuera se nota mucho viento y frío, mucho frío, de hecho el guarda ha pronosticado que por la mañana amanecerá con una fina capa de nieve cubriendo las cumbres más altas.

De madrugada nos despertó un rebeco que encontró la puerta arrimada del refugio, entró y se dio una vuelta por el comedor. Pero hace tanto frío fuera que no nos apetece nada salir del calor de nuestros sacos. Finalmente a las nueve de la mañana nos levantamos para vestirnos y desayunar; mis pantalones, que pasaron la noche fuera tendidos, estaban tan tiesos que apenas se podían doblar...

El cielo está cubierto de nubes y amenaza con ponerse a llover o a nevar de un momento a otro. Así que tan pronto como terminamos de desayunar, pagamos al guarda, preparamos las mochilas e iniciamos el descenso por el Argayo Congosto.

Al principio bajamos un poco acojonados por la pendiente y el terreno mojado, prácticamente helado, pero pronto llegamos al pedrero de la Canal Honda y a la Vega de Asotín.

Probablemente esta sea la última ruta que haga por los Picos de Europa este año, pero ya estoy pensando en la próxima temporada para llevar a cabo un montón de rutas. Y entre mis proyectos no descarto la posibilidad de apuntarme para trabajar en el Parque Nacional.