sábado, 31 de julio de 1993

Ascensión al Cueto de San Mateo (1.609 m.)

Desde el municipio leonés de La Pola de Gordón llama la atención una gran montaña caliza cuya compacta figura es reconocible desde la ciudad de León. La tradición popular cuenta que San Mateo llevó su vida de eremita en la cueva que esta montaña guarda en una de sus vertientes, de ahí su nombre: La Peña de San Mateo, aunque en La Pola la suelen llamar "El Cueto" a secas. Tan solo tiene 1.609 metros de altitud, pero constituye la mejor atalaya desde donde se puede contemplar la vista más completa de la comarca gordonesa.

Desde las piscinas municipales de La Pola de Gordón parte una pista forestal que se adentra hacia el interior del Valle de Santas Martas. El valle está cubierto por una importante masa forestal de Roble Melojo o Rebollo (Quercus pyrenaica).

La pista discurre paralela al curso del arroyo del mismo nombre que nace directamente en una de las faldas del Cueto. Tras caminar aproximadamente un par de kilómetros la pista gira en sentido contrario y desaparece transformándose en senda. A partir de este punto hay que apartarse de la senda y seguir subiendo hacia el collado siguiendo las aguas del arroyo. Poco a poco nos vamos acercando a las calizas del macizo del Cueto y lo que se trata ahora es de subir por donde mejor se pueda. Hay que hacer una buena trepada final, pero lo más cómodo es cruzar el collado y subir ligeramente por la vertiente este a través de una chimenea que invita a subir sin demasiado esfuerzo.

En la cumbre existe un vértice geodésico de 2º orden y una cruz con buzón de cumbres. Dado que ningún obstáculo geográfico impide la contemplación de las tierras de Gordón, puede verse la comarca entera hasta sus últimos confines. Las vistas hacia La Pola o hacia el norte son las que merecen la pena, pueden verse las Montañas de Geras y el pico más alto de Gordón, el Cerro Pedroso (1.921 m.). Pero las vistas hacia el sur y hacia el este más vale no considerarlas: La explotación a cielo abierto de las Minas de Santa Lucía, y la Central Térmica de La Robla, dos claros ejemplos de hasta qué punto la actividad humana puede llegar a alterar un paisaje.

Para el regreso tenemos que regresar al collado y tomar la senda que se adentra en el corazón del Bosque de Gordón hasta enlazar de nuevo con la pista inicial, poco antes de llegar al complejo municipal.

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