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miércoles, 29 de noviembre de 1995

Itinerarios por la Comarca de Gordón.

Con la elaboración de este material didáctico basado en la Educación Ambiental pretendemos dar a conocer la riqueza biológica e histórica de un espacio natural circunscrito en la cuenca media-alta del río Bernesga que conviene respetar y conservar. El recorrido de estos cinco itinerarios permitirá establecer un contacto directo con la naturaleza de la comarca leonesa de Gordón pudiendo apreciar de una forma palpable los principales problemas ecológicos que azotan el municipio.

A pesar de su belleza paisajística, Gordón no es uno de los municipios que sirvan de ejemplo al respeto y cuidado de su entorno: Minas y explotaciones a cielo abierto, vertederos incontrolados, envenenamiento de los ríos, incendios, talas incontroladas, furtivismo, contaminación...

Por todo ello tratamos de buscar medidas correctoras a los grandes problemas ambientales con los que se enfrenta la comarca, sobre todo medidas de tipo preventivo, para lo cual apostamos claramente por una eficiente Educación Ambiental en el municipio que sirvan para generar nuevas fórmulas de desarrollo más ordenado y siempre respetuoso con el Medio Ambiente.


Los itinerarios que hemos desarrollado son:

- ITINERARIO 1: Aralla - Geras de Gordón.
Distancia: 7 km.
Duración: 4 horas.
Dificultad: Moderada.
Calidad del Paisaje: Muy buena.
Localidades: Geras de Gordón.
Lugares de Interés: El Puerto de Aralla, Cerro Pedroso, Hayedo de Geras y Geras de Gordón.
Aspectos destacables: Gran riqueza florística y faunística, abundantes fósiles.
Descripción: Partimos de la Collada de Aralla por la pista que sale del margen izquierdo de la carretera y que asciende hacia el Cerro Pedroso. Por toda la zona hay abundantes fósiles, no hay más que rebuscar entre los pedreros y seguro aparece algún braquiópodo. Desde el Collado Pedroso tomamos la senda que conduce al refugio del ICONA que se ve a simple vista. Desde el refugio descendemos directamente por el interior del hayedo hasta alcanzar el valle del Palanco. A la entrada de la garganta continua la senda que nos conduce directamente a Geras de Gordón.

- ITINERARIO 2: Circuito Buiza - Folledo - Paradilla.
Distancia: 10 km.
Duración: 5 horas.
Dificultad: Baja.
Calidad del Paisaje: Buena.
Localidades: Beberino, Buiza, Folledo, Paradilla y Cabornera.
Lugares de Interés: Ermita de Nuestra Señora del Valle, Iglesia de Paradilla, Río Casares.
Aspectos destacables: Paisaje rural de montaña.
Descripción: Nada más salir de Beberino en dirección a Geras de Gordón sale por el lado derecho una pequeña carretera que conduce a Buiza. A mitad de camino aparece solitaria la Ermita de Nuestra Señora del Valle. Poco después el paisaje se abre hacia praderas y tierras de labor que dan paso al asentamiento de Buiza. La carretera sale del pueblo y asciende lentamente hacia Folledo, el pueblo más aislado de la comarca. Allí muere la carretera y hay que tomar una senda que sale por la izquierda hacia un alto collado desde donde se pasa ya a la vertiente del Río Casares. Allí se pierde la senda y hay que bajar directamente hacia Paradilla atravesando un pequeño bosque de rebollos. La iglesia de Paradilla se asoma sobre un balcón de roca caliza que se precipita al vacío. Una pista asfaltada desciende directamente a la carretera de Geras que nos permite regresar al punto de partida pasando antes por el pueblo de Cabornera.

- ITINERARIO 3: Ascensión a la Peña de San Mateo (1.609 m.).
Distancia: 4 km.
Duración: 3 horas.
Dificultad: Moderada.
Calidad del Paisaje: Muy buena.
Localidades: La Pola de Gordón.
Lugares de Interés: La Pola de Gordón, Bosque de Gordón.
Aspectos destacables: Un espléndido Rebollar y el impacto de las minas a cielo abierto.
Descripción: Partimos desde lo alto del pueblo por la pista que sale directamente de la N-630 hacia el Pinar de Pola, una gran repoblación de pino silvestre visible desde todo el municipio. Poco antes de que muera la pista sale por el lado derecho una senda que desciende atravesando el bosque hasta enlazar con la pista que sube paralela al Arroyo de Santas Martas. Seguimos el curso del arroyo hasta donde nace, en un collado a los pies de la Peña de San Mateo. Desde el collado hasta la cumbre hay que subir unos 200 metros, no tiene pérdida.

- ITINERARIO 4: Ciñera - Villar del Puerto.
Distancia: 7 km.
Duración: 4 horas.
Dificultad: Baja.
Calidad del Paisaje: Buena.
Localidades: Ciñera, Villar del Puerto, La Vid.
Lugares de Interés: Ciñera, pueblo típicamente minero, una garganta caliza y un hayedo.
Aspectos destacables: El impacto visual del paisaje causado por las escombreras y minas.
Descripción: Partimos de Ciñera por la pista que sube paralela al Arroyo del Villar en medio de un paisaje desolador plagado de escombreras. Seguimos el curso del arroyo hasta adentrarnos por una gran garganta de roza caliza. Cruzamos la garganta y seguimos por la senda que sube directamente al pueblo de Villar del Puerto. Desde aquí tomamos la carretera que desciende directamente a La Vid.

- ITINERARIO 5: Nocedo - Los Barrios.
Distancia: 7 km.
Duración: 3 horas.
Dificultad: Baja.
Calidad del Paisaje: Buena.
Localidades: Nocedo de Gordón, Los Barrios.
Lugares de Interés: Ermita Nuestra Señora del Buen Suceso, Castillo de Los Barrios.
Aspectos destacables: Reconocimiento de la vegetación ribereña del Bernesga.
Descripción: Partimos de la Ermita Nuestra Señora del Buen Suceso hacia Nocedo. Tomamos un camino que sale por la derecha del pueblo cruzando los cultivos hasta meterse de lleno en el margen izquierdo del río Bernesga donde es abundante la vegetación ribereña. Dejamos a nuestra derecha el puente que cruza el río y continuamos por una senda que se adentra de lleno en las comunidades ribereñas, cruza varias fincas y llega a un monte de encinas. Bordeamos el monte y ascendemos lentamente por la ladera de la montaña hasta alcanzar la vista a las casas de Los Barrios. Pronto veremos en lo alto de un cerro las ruinas de lo que un día fue el Castillo de Los Barrios.

domingo, 1 de octubre de 1995

Ruta del Hayedo de Geras.

Entre Geras de Gordón y Cabornera se extiende un largo valle en sentido oeste-este que deja expuesta al norte una importante ladera sobre la que se asienta íntegramente un hayedo que permanece en perfectas condiciones y apenas se nota la alteración humana. Se trata de un hayedo acidófilo, puesto que se desarrolla sobre sustratos de naturaleza silícea.

Esta ruta no puede faltar en el diseño de los Itinerarios Didácticos por la Comarca de Gordón que este año estamos preparando para ser subvencionado por la Junta de Castilla y León. Mi amigo Alberto y yo nos disponemos a trazar la ruta entre el Alto de Aralla y Geras de Gordón, optando por pasar noche en el refugio de ICONA situado en un collado cerca del nacimiento del arroyo Palanco.

Los dos somos buenos conocedores de la zona puesto que hace un par de años estuvimos trampeando por aquí para realizar un estudio entomológico. Además, yo he hecho esta ruta en numerosas ocasiones desde que mi maestro del colegio P.P. Agustinos, el Padre Isunza, me trajera por aquí hace ya varios años durante una de sus excursiones.

Partimos del Puerto de Aralla, a 1.541 m. de altitud. Aralla fue frente bélico durante la Guerra Civil y hasta hace unos pocos años solo estaba habitado por pastores. Hoy existe un pequeño hostal y un monumento en memoria del Capitán Lozano, fusilado durante la Guerra por su lealtad a la República.

A mano izquierda parte una pista que asciende ligeramente hasta un collado y luego gira para adentrarse en lo alto del Valle de Valmeán. La pista llega muy cerca del Collado Pedroso, a los pies del pico del mismo nombre.

En ese punto la pista desaparece transformándose en un pequeño sendero que tras unos pasos se confunde con otras veredas sin saber muy bien cuál de ellas es la que conduce al refugio que andamos buscando. No obstante el refugio se ve allí en medio de un collado, de modo que no hay más que seguir caminando hacia él.

A pesar de haber comenzado a caminar a última hora de la tarde todavía nos ha sobrado tiempo y hemos decidido dar una vuelta por los alrededores del Pico Pedroso para buscar fósiles, muy abundantes por esta zona.

Pero la noche se nos ha echado encima y no nos ha dado tiempo para llegar al refugio, y cuando he sacado la linterna de la mochila he podido comprobar que se ha tirado todo el tiempo encendida dentro de la mochila hasta que se han agotado las baterías. Estamos caminando a oscuras por el medio del monte, ni siquiera ha salido la luna para que nos guíe un poco. Finalmente, casi palpando el suelo con las manos hemos llegado al refugio y lo primero que hemos hecho ha sido meternos dentro y prender lumbre para ver algo.

El interior está sucio y lleno de trastos, y tan pronto como hemos prendido lumbre hemos tenido que salir pitando porque la chimenea está atascada y el interior se ha llenado de humo. Después de tirar varias piedras a la chimenea hemos conseguido desatascarla y ya pudimos ordenar un poco el interior para poder dormir. Al día siguiente atravesamos el hayedo por la Fuente Negra y bajamos hasta El Covio.

Llegados a este punto nos quedan dos opciones: Seguir la senda por el curso del arroyo Palanco a lo largo de un desfiladero hasta Geras, o subir al Collariondo para descender luego a lo largo del curso del arroyo Boyariza. Cualquiera de las dos opciones es válida, aunque la segunda no tiene ni senda ni señalización, pero tampoco tiene pérdida si no nos apartamos del curso de las aguas del arroyo.


lunes, 26 de agosto de 1991

Mis Primeros Pasos por la Montaña.

Cuando tenía 10 años de edad mis padres me apuntaron a una Escuela de Esquí en la Estación Invernal de San Isidro, que fue donde aprendí a esquiar. Ese fue mi primer contacto directo con el mundo de la Montaña, solíamos ir todos los fines de semana durante el invierno de 1981 y recuerdo perfectamente cómo me quedaba mirando el Pico Susarón cuando pasábamos por el embalse del Porma, justo antes de llegar a Puebla de Lillo. También recuerdo cómo observaba impresionado las inmensas paredes del Pico Torres, o las afiladas crestas del Pico Agujas.

Mi padre también solía llevarnos con frecuencia a las Hoces de Vegacervera, y en la Venta de Getino, donde solíamos parar a comer, pasábamos la tarde antes de regresar a León. Recuerdo que me quedaba mirando la peña que estaba justo en frente de la Venta y un día le dije a mi padre que me dejara subir hasta arriba. Quería ver cómo se veían las cosas desde allí arriba, saber cómo me sentiría al llegar al punto más alto con mi propio esfuerzo. Aquella fue mi primera trepada, la primera vez que sentí cómo fluía la energía de la montaña a través de mi cuerpo.

La primera vez que visité los Picos de Europa fue en una excursión del Colegio P.P. Agustinos organizada por el naturalista profesor Padre Santiago Insunza, quien nos llevó de ruta a conocer el Valle de Valdeón y los Picos de Europa. Fue durante el otoño de 1985, un día lluvioso en el que el autobus nos dejó en Posada y fuimos caminando hacia el Monte Corona, haciendo parada en el Mirador del Tombo. Recuerdo que allí realicé mi primera fotografía con una pequeña cámara "Werlisa" que mi padre me había regalado cuando estuvimos en Ceuta; por suerte aun conservo esa fotografía.

El Padre Insunza nos metió de lleno en el corazón del Monte Corona, llegando a La Farfada y a las inmediaciones de la Canal de Capozo. Tengo pocos recuerdos de aquella excursión, pero no me olvido de lo mucho que me impresionaron las paredes de la Torre de Comea (Cueto Agudos), y las verticalidades que se observaban en el Macizo de enfrente. También recuerdo que encontramos una salamandra común, aun frecuente por aquella época.

Pero esa no fue la única vez que el Padre Insunza nos llevó al campo. Recuerdo otra excursión en la que nos llevó al Puerto de Aralla desde donde ascendimos al Cerro Pedroso (1.914 m.), para luego descender por el arroyo de Polanco hacia Geras de Gordón. Podría decir que aquella fue mi primera ascensión, de la que conservo los recuerdos de las vistas del Embalse de Luna, los parapetos que resisten el paso del tiempo desde la Guerra Civil, la Pica del Cellerón que Insunza llamaba "El Supositorio", el Desfiladero del Palanco y la Hoz de Geras, de la que conservo una fotografía. Debió ser por la primavera de 1986.


A partir de 1987 mi padre comenzó a llevarnos de excursión a conocer un montón de lugares tanto de Asturias como de León. Recuerdo que nos llevó a Riaño antes de que lo inundaran, al Valle de Valdeón, a San Emiliano, a Pajares, a Somiedo... Todavía conservo alguna foto de aquella excursión a los Lagos de Somiedo del verano de 1988.

Durante 1990 me dio fuerte por la bicicleta y comencé a recorrer largas distancias en bici desde León hasta Matallana, Vegacervera, Valporquero, Cármenes, La Vecilla,... casi siempre hacia la Montaña. En julio de 1991, cuando pasábamos el verano en Llanes (Asturias), me llevé la bicicleta para recorrer los pueblos del oriente asturiano. Un día, cuando pasaba cerca de Poo de Cabrales, observé y reconocí en la lejanía al Naranjo de Bulnes. Era una imagen impresionante y no dudé en hacer una instantánea con mi cámara.


Aquella visión motivó que comenzará a interesarme en conocer la geografía de los Picos de Europa y decidí acercarme con la bici al macizo lo más cerca posible. Llegué a Poncebos, allí dejé aparcada la bici y subí caminando a Camarmeña (en aquella época no había carretera). Por fin pude observar el Naranjo de Bulnes más de cerca, pero no lo suficiente, desde la aldea de Bulnes debía verse mejor todavía, así que ascendí a pie por la Canal del Tejo hasta que llegué a Bulnes.


Estaba realmente impresionado paseando por la villa de Bulnes, una aldea totalmente remota en medio de aquellos impresionantes macizos, con sus calles sin asfaltar, sus gallinas, los patos, y aquel burro que porteaba todos los víveres desde Poncebos.


Al regresar a casa les conté a todos mi descubrimiento y rápidamente fuimos todos en coche a recorrer los Picos. El 26 de agosto llegamos a Fuente De y subimos en el teleférico. Reconocí entonces la Peña Vieja, la Peña Remoña, los Horcados Rojos, Áliva... Estaba ansioso por llegar a León y contarle a mis amigos Tato y Alberto mis viajes por aquellas tierras asturianas y proponerles una gran excursión en bici desde León hasta los Picos de Europa.