sábado, 19 de abril de 2014

Ascensión al Pico Gilillo (Sierra de Cazorla).

La Sierra de Cazorla es una de las cadenas montañosas que conforman la Cordillera Subbética. El pico más elevado de esta cordillera se encuentra localizado en el altiplano de la Sierra de la Sagra, muy próximo a Cazorla, que con 2.381 m. es la tercera cumbre más elevada del Sistema Bético, sólo superada por el Mulhacén y el Veleta. Cazorla no destaca especialmente por sus grandes cumbres, pero el Pico Gilillo, con 1.848 m. de altitud, es conocido como el "Balcón de los Valles", puesto que ofrece la mejor panorámica posible de este conjunto montañoso, protegido bajo la figura de Parque Natural. 
Pico Gilillo desde La Cereceda (Cazorla, Jaén).
Recuerdo cuando era niño que no me perdía un sólo capítulo de la serie de TV "El Hombre y La Tierra", y recuerdo especialmente las escenas grabadas por Félix Rodríguez de la Fuente en la Sierra de Cazorla. Muchas de aquellas imágenes se me quedaron grabadas y desde entonces siempre he querido venir algún día para explorar estas montañas.

Vista de Cazorla desde la entrada al Parque Natural.
Aprovechando mi viaje desde la Sierra del Cabo de Gata, he querido acercarme por fin a conocer este increíble paraje. Y lo primero que me llamó la atención de estas montañas de naturaleza calcárea, que son la cabecera del río Guadalquivir, fue el perfil abrupto e irregular de sus cumbres, con fuertes pendientes que nunca hubiera imaginado en esta zona.

Por su situación geográfica y por su naturaleza calcárea, tenía conocimiento de que es esta sierra contaba con importantes yacimientos de fósiles, correspondientes al Oxfordiense del Jurásico Superior (unos 160 millones de años). Había oído hablar de la existencia de afloramientos de biohermos (bioconstrucciones) de espongiarios en la Sierra de Cazorla, pero nunca hubiera imaginado que en mi primera visita a estas montañas hubiera dado con uno de ellos.

Ammonites en calizas nodulosas rojas.
Me entretuve un buen rato explorando el yacimiento en el que pude encontrar varias muestras de esponjas, crinoideos, equinoideos y ammonoideos. Tanto que casi se me hizo de noche antes de llegar a la cumbre del Gilillo. Decidí entonces pasar la noche en la misma cumbre, lo cual fue un gran acierto, por las vistas que me ofreció aquel lugar durante el ocaso.

Campamento en la base del Pico Girillo.
Llegué a pisar la cumbre pasadas las nueve de la tarde, justo a tiempo para disfrutar del ocaso.

Ocaso en el Pico Girillo.
La ascensión no ha sido muy exigente dada la escasa altitud de estas montañas, pero he tenido que salvar un profundo desnivel de casi 500 m. en apenas una hora, lo cual ha hecho que llegara "reventao" a la cumbre.


A la mañana siguiente me sorprendió un inmenso mar de nubes que cubría todo el horizonte.


Me recordó mucho a las madrugadas aquellas en los Picos de Europa, cuando me levantaba temprano y asomaba la cabeza desde la tienda para contemplar un inmenso mar de nubes. Este es especialmente llamativo porque cubre prácticamente toda la Meseta Sur.


Durante el descenso pude divisar a un grupo familiar de la Cabra Montés y, entrando ya en el bosque, sorprendí a una joven pareja de gamos.


Una vez que llegué al coche, recorrí la pista forestal que recorre todo el Parque Natural hasta llegar el nacimiento del río Guadalquivir.

Nacimiento del Río Guadalquivir.

miércoles, 16 de abril de 2014

Ascensión al Cerro de El Fraile (Sierra del Cabo de Gata).

Tan sólo tiene 493 m. de altitud, pero ser la montaña más elevada de la Sierra del Cabo de Gata le convierte en una montaña muy especial, no solo porque forma parte de una sierra que está considera como el mejor y mayor exponente europeo de un macizo continental de origen volcánico, sino también porque su proximidad al litoral le otorga una singular belleza.


Cerro El Fraile desde el Collado de los Grajos.
La primera vez que visité el Cabo de Gata, en septiembre del año 2004, me quedé perplejo por el paisaje tan especial de este entorno, prácticamente el único espacio protegido de todo el litoral mediterráneo español, que ha podido salvarse milagrosamente de la sobre-explotación turística e inmobiliaria que sacude la costa mediterránea desde Tarifa hasta el Cabo de Creus.

Cerro El Fraile desde el Morrón de Genoveses. 
Aquella visita, y otra posterior en septiembre del 2007, fueron exclusivamente turísticas. Pero en esta ocasión he venido para explorar tanto la flora como la fauna de este espacio natural tan singular, que tanto me recuerda a las Islas Canarias.


Lo que hice nada más llegar al Cabo de Gata fue recorrer el paraje de Las Amoladeras para observar algunas de las aves esteparias que suelen anidar en estos parajes tan áridos. Luego hice un recorrido alrededor de las Salinas del Cabo de Gata, donde pude observar a muchas de las aves acuáticas que aprovechan este humedal, uno de los más destacados del sur peninsular, desde el punto de vista ornitológico. Allí pude deleitarme con uno de los más espectaculares ocasos que he visto nunca.

Salinas del Cabo de Gata.
Pasé la noche en la Cala de Genoveses y me levanté temprano para contemplar el amanecer desde el Morrón de Genoveses. Allí planifiqué la ascensión al Cerro de El Fraile, el pico más elevado de la Sierra del Cabo de Gata. Tan solo son 493 m. de ascensión, pero no es fácil trepar por los escarpados acantilados que se lanzan verticalmente al mar, por un terreno árido, volcánico y prácticamente inaccesible. Para mí era un pequeño reto desde que lo vi en el año 2004, y hoy he venido aquí para cumplirlo.

Torreón vigía de la Cala Higuera.
Los acantilados del Cerro de El Fraile son el resultado de la erosión marina sobre el interior de una antigua caldera vocánica. Las columnas basálticas se suceden a lo largo de la difícil ascensión, que se complica cada dos por tres por el terreno inestable.


Existe una vía de ascensión "normal" al Cerro de El Fraile desde Los Escullos, pero subir por esta otra vertiente me ha permitido encontrar algunos de los "tesoros" escondidos de estos parajes, como la localización del Camachuelo Trompetero, un ave típica del Desierto del Sáhara que recientemente ha cruzado el Mediterráneo para ocupar esta parte del litoral almeriense, o las "orchillas", líquenes fruticulosos muy característicos de los acantilados de las Islas Canarias.

Pero el mayor de los alicientes ha sido poder disfrutar de las magníficas vistas del Cabo de Gata que ofrece la cumbre de esta montaña, desde donde he podido divisar la no muy lejana Sierra Nevada.

Sierra Nevada dede el Cerro de El Fraile.
Estando en la cumbre he sacado la videocámara y he tomado algunas imágenes de las panorámicas:


Pretender descender por donde he subido hubiera sido una auténtica locura, de modo que opté por bajar por la vía normal, que me conduce directamente a la costa de Los Escullos.

Costa de Los Frailes desde Los Escullos.