domingo, 23 de diciembre de 2012

Escalada en Patones (Sierra de Ayllón).

A unos pocos kilómetros de Patones, al norte de la Comunidad de Madrid, se encuentra un enorme cañón calizo de paredes más que respetables que se levantan más de cien metros sobre los meandros del río Lozoya. Este cañón representa la mayor escuela de Escalada Deportiva sobre caliza conocida en la Sierra de Madrid. Espectacular paisaje para escalar en uno de los rincones más recónditos de la Sierra de Ayllón.


Sabíamos que Patones era un lugar al que tarde o temprano tendríamos que visitar. Grandes paredones verticales y desplomados equipados con multitud de vías deportivas de gran dificultad. De entre todas ellas hemos encontrado alguna asequible para nuestro nivel en el Sector Párking, en la zona más elevada del Cañón.


Varios factores juegan en nuestra contra: Lo primero, el frío, mucho frío (estamos a 23 de diciembre); lo segundo, la sensación de vacío, vamos a escalar sobre unos cortados que se levantan más de cien metros sobre el fondo del cañón; lo tercero, que apenas tenemos práctica en escalada sobre roca caliza; y por último, que hace tiempo que no hacemos escalada deportiva, últimamente hemos estado más centrados en las técnicas de la escalada clásica, de hecho, vamos a escalar con doble cuerda y con cesta. 

Iniciamos la jornada con la vía "La cordura de los locos" (V+), la primera a la que se accede desde el párking superior del cañón, una vía corta pero exigente. Después pasamos a la de al lado, "La locura de los cuerdos" (6a), con algún paso más complicado. Esta vía pudo conmigo, me caí varias veces y me corté el dedo. Pude comprobar lo cortante que puede llegar a ser la roca caliza bien erosionada. 

Vía "Los derechos de los novatos", en el Sector Párking.
Después nos fuimos a una vía más larga, "Los derechos de los novatos" (V). Sólo por el nombre de la vía teníamos que haberla descartado, no fuera a ser que ni siquiera pudiéramos con ella. Dany la subió primero pero no llegó a la reunión porque no le dio ninguna confianza el estado en que se encontraba aquel viejo mosquetón oxidado que hacía las funciones de argolla. Después subí yo de 2º todavía desmoralizado para hacer la maniobra de abandono de vía en el último químico antes de la reunión. Las pasé canutas, primero para recordar la maniobra, y segundo para pasar las cuerdas por el poco hueco que dejaba el químico. 


Al final nos fuimos de allí "con el rabo entre las piernas", con una sensación muy frustrante, pero con la promesa de volver tarde o temprano dispuestos a escalar con otra mentalidad. Desde que practicamos con la escalada clásica nos estamos olvidando de las exigencias de la escalada deportiva, y este cañón nos ha hecho recordar que llevamos apenas año y medio escalando y que todavía nos falta mucho por aprender.   

domingo, 9 de diciembre de 2012

Escalada en la Cueva de la Mora (La Pedriza).

Enclavado entre la Peña de Sirio y El Yelmo se eleva un domo característico de La Pedriza que cuenta con una cueva de unos 23 metros de profundidad donde, según cuenta la leyenda, un nabab árabe encerró a su hija mora enamorada de un cristiano. Este peñón que lleva el nombre de la Cueva de la Mora está equipado con varias vías de escalada deportiva muy exigentes en cuanto a adherencia pero de suave pendiente. Sombrío en los meses de verano y muy frío en invierno, es interesante para practicar el rápel y para disfrutar de los bonitos paisajes pedriceros.


Dicen las guías que este risco resulta casi "impracticable" durante los meses de invierno porque es muy sombrío y húmedo, tarda mucho en secar y es muy exigente en cuanto a adherencia. Dany y yo lo hemos podido comprobar hoy, tras una noche gélida en la sierra madrileña, con 4º C bajo cero en el Canto Cochino a las 8:30 de la mañana. El risco se encuentra en las inmediaciones del refugio Giner de los Ríos, a unos 45 minutos del Canto Cochino. 

Efectivamente la pared no recibe los rayos del sol en todo el día durante los meses de invierno. Aun así nos disponemos a escalar los dos largos seguidos de la vía "Benedé" (V+/IV+), una de las más asequibles de la placa.


Se trata de una placa limpia y lisa de las típicas de La Pedriza, de esas en las que tienes que andar buscando "garbancitos" donde poner los pies. La poca pendiente ayuda pero la adherencia es prácticamente nula, y si a eso le añadimos el frío que nos acompaña metido en el cuerpo podemos decir que las pasamos "moradas" para agarrarnos a la pared con los dedos helados. 


Dany subió el primer largo y montó la reunión. Luego subí yo, me reuní con él, y completé el 2º largo. Descendimos en rápel y nos fuimos de allí cagando leches antes de morir congelados...

Vista desde la 2ª reunión de la vía "Benedé" en la Cueva de la Mora. 
Para completar la jornada ascendimos al punto más elevado del risco en busca de los rayos del sol y fuimos a dar al Hueco de las Hoces, un bonito lugar desde donde pudimos disfrutar de una excelente panorámica del Pan de Kilo con el Yelmo al fondo. Allí fue donde aprovechamos para sacar los bocadillos y descansar con la única compañía de un grupo de cabras monteses. 


Para buscar la salida hacia el Barranco de los Huertos tuvimos que echar mano de la cuerda y hacer algún que otro rápel. Al final, llegamos al barranco justo con los últimos rayos del sol, suficientes para dar con la senda y bajar al Canto Cochino. Llegamos de noche con frontales, pero satisfechos de una buena jornada montañera.