sábado, 12 de septiembre de 2009

Ascensión a Torre Cerredo (2.648 m.)

Torre Cerredo con sus 2.648 metros es la montaña de mayor altitud de los Picos de Europa, de la Cordillera Cantábrica y también del todo el noroeste peninsular, estando enclavada en el Macizo Central de los Picos de Europa o Macizo de los Urrieles, en la divisoria de las provincias de León y Asturias. Su cima, con un desnivel de más de 2.200 metros sobre el río Cares, el más acusado de la Península Ibérica, posee unas magnificas vistas del Macizo Occidental y de las canales que vierten sobre la garganta del Cares.

Como no podía ser de otra manera Torre Cerredo debe su primera ascensión a nuestros vecinos franceses, que en su afán exploratorio recorrieron todo nuestro patrimonio alpino arrebatándonos la conquista de numerosas cimas; en el caso del Torrecerredo el honor recae en el Conde de Saint Saud que junto a su amigo Labrouche y la ayuda de sus Guías Juan Suárez (Espinama) y F. Salles (Gavarnie) consiguieron alcanzar esta cumbre en el año 1882.

Pero su ascenso no fue un camino de rosas, sino más bien todo lo contrario, se toparon con una correosa montaña que exigió un elevado nivel técnico para no acabar paralizados por sus vertiginosos precipicios. Por aquella época se consideraba al Llambrión como el más alto de todos los Picos, pero con la llegada de Saint Saud y sus mediciones se pudo determinar que existía otra cumbre más alta.
Su lejanía y difícil acceso en lo más alto del Macizo de Los Urrieles fue el motivo de que hubiera pasado desapercibida para los locales durante mucho tiempo, y todavía hoy este hecho sigue exigiendo un soberano esfuerzo por parte de quienes pretenden alcanzar su cima.


Segunda de las cumbres de los 10 Principales Sistemas Montañosos de España: ¡CONSEGUIDO!


Sábado, 12 de septiembre de 2009. Por fín llegó el día tan esperado... Me acompaña mi amigo Rafael Páez en la que va a ser su primera ascensión en los Picos de Europa, y nada menos que a la cumbre más elevada, el "Techu" como lo llaman en Asturias. En mi caso es el tercer intento; el primero en agosto de 1994 fracasó por falta de previsión para el regreso (intentamos la aproximación desde Bulnes por Amuesa pero nos dimos la vuelta antes de seguir subiendo), y el segundo en septiembre del 2002 fracasó por culpa de una tendinitis aguda en el Jou de los Cabrones después de subir desde Piedra Bellida.


A las 2 de la mañana llegamos al Collado Pandébano (1.212 m.) después del largo viaje desde Madrid. Rápidamente montamos la tienda y nos echamos a dormir las cuatro horas que disponíamos para ello. A las seis de la mañana sonó el despertador; Rafa pudo descansar pero yo no pegué ojo en las cuatro horas, el maldito saco que llevé no me protegió del frío de la noche. En una hora y cuarto levantamos la tienda, desayunamos, preparamos las mochilas y nos pusimos en marcha.


A las 7:30 pasamos por la Majada de La Terenosa (1.315 m.) donde se encuentra el refugio del mismo nombre. Antaño por aquí vendían el auténtico queso de cabrales, pero por lo visto ya no hay queseros en las majadas, sólo algunos elaboradores en pequeñas fábricas de Sotres.


La ascensión hacia la base del Naranjo es constante pero suave hasta que llegamos al Collado Vallejo (1.530 m.), punto en el que la ruta se adentra en la Canal de Vallejo. Pasando Las Traviesas llegamos al Jou Luengo y la pendiente comienza a aumentar. Las vistas del Naranjo desde aquí son imponentes, sobre todo cuando vas llegando a la base, miras hacia arriba y parece que nunca termina esa descomunal pared oeste...


A las 10:00 llegamos al Refugio de la Vega de Urriellu (1.903 m.). Llegamos en menos tiempo de lo previsto, de modo que nos quitamos la mochila y descansamos media hora para comer algo. No pudimos entrar en el refugio ni siquiera para tomar un café porque lo estaban limpiando, así que nos quedamos fuera "pelaos" de frío.


Ahora nos espera uno de los pasos complicados de la ascensión, la Brecha de los Cazadores, una pequeña chimenea que abre paso por el murallón del Neverón de Urriellu hasta la Corona El Rasu (2.170 m.).



Desde aquí podemos disfrutar de una de las vistas clásicas del Naranjo de Bulnes.


Tras la Brecha la ruta se dirige a la Horcada Arenera (2.283 m.), punto en el que por fín vemos nuestro objetivo en la lejanía: El Grupo Cerredo (Torrecerredo, Torre de Labrouche y el Pico Los Cabrones). Aquí se encuentra la bifurcación que conduce por un lado al Jou de Los Cabrones y por otro al Jou Cerredo.


La visión de Torre Cerredo desde aquí nos impone respeto, a medida que nos vamos acercando nos damos cuenta de la impresionante mole que pretendemos ascender.


Pero para alcanzar el Jou Cerredo tenemos que pasar por varios obstáculos que nos obligan al bajar y subir altitud. Aproximadamente a las dos de la tarde llegamos al Jou Cerredo (2.285 m.).






Desde aquí no está muy claro cuál es la vía más apropiada para la ascensión, pero algunos hitos parecen que marcan la vía clásica.



Los hitos nos conducen a la Horcada entre la Torre Bermeja y Torre Cerredo. Y aquí comienza la escalada vertical hacia la cumbre. Giramos hacia la derecha atravesando una profunda chimenea en la que decidimos depositar las mochilas; nos hemos quedado sin agua así que no vamos a comer en la cumbre; tan solo llevamos la videocámara. En algún tramo hemos utilizado la cuerda, más que nada por seguridad, pero la escalda se realiza sin demasiados problemas salvo por la sensación de vacío, que es cada vez mayor.


Eso sí, aseguramos al máximo cada paso que damos manteniendo tres puntos de apoyo con la roca, porque no cabe posibilidad alguna de cometer un error.






A las 15:17 llegamos a la cumbre de Torre Cerredo (2.648 m.), agotados y sin agua, pero encantados de disfrutar la indescriptible sensación de estar ahí arriba, por encima de todos los Picos.


Hoy no solo he cumplido un gran sueño para mí, he superado todo un reto, la cumbre más alta de los Picos y de la Cordillera Cantábrica, y la segunda de mis ascensiones a las 10 Montañas más altas de los principales Sistemas Montañosos Españoles. Es mi "despedida" a casi 20 años de rutas y ascensiones por los Picos de Europa; ahora es el momento de descubrir nuevas cordilleras, nuevas montañas, tengo que dejar atrás las montañas con las que descubrí el mundo del alpinismo, montañas en las que viví grades aventuras y en las que pasé buenos años de mi vida.




Para el descenso empleamos más tiempo que para la ascensión, porque bajamos de espaldas a la montaña y en muchos puntos tenemos que maniobrar pasos muy delicados con el vacío siempre presente. También nos preocupan las nubes en evolución, la niebla que parece subir, el tiempo que nos queda para regresar al refugio, la falta de agua y por supuesto el agotamiento físico.



A las 20:15 llegamos al refugio del Naranjo agotados, sedientos y hambrientos. Nos aseamos en la fuente, nos cambiamos de ropa pero al entrar en el refugio nos comunican que no tienen plazas. No tenemos más remedio que bajar a Pandébano sabiendo que se nos hará de noche y nos absorberá la niebla.



A las diez de la noche, después de 15 horas de ruta, llegamos a La Terenosa, pero nos perdimos buscando la senda de Pandébano. Llegamos al coche tan machacados que decidimos buscar alojamiento en Sotres.