domingo, 25 de octubre de 2009

Ascensión al Pico Almanzor (2.592 m.)

El Pico Almanzor (2.592 m.) es la máxima elevación del Circo de Gredos y por tanto la cumbre de la Sierra de Gredos y del Sistema Central. Se trata de una montaña granítica muy poco erosionada cuya ascensión requiere de cierta experiencia en escalada de segundo grado. Debe su nombre al caudillo árabe Abi Amir Muhammad, más conocido como Moro Almanzor, que entre los años 977 y 1002 llevó a cabo numerosas incursiones rápidas y devastadoras en los reinos cristianos del norte peninsular. Cuenta la leyenda que en el año 989, en plena campaña militar por el Valle del Tormes, Almanzor oyó hablar de una laguna negra rodeada de misteriosos rumores que le animaron a subir para conocer e inspeccionar el lugar.

Tercera de las cumbres de los 10 Principales Sistemas Montañosos de España: ¡CONSEGUIDO!

El "Proyecto 10 Cumbres" sigue adelante. Clara y yo teníamos al Pico Almanzor en nuestra mente desde que en mayo nos acercamos a su base y nos quedamos allí contemplando la cumbre. Y esta vez contamos con Rafa, que me acompañó el mes pasado en la ascensión a Torre Cerredo y está dispuesto a formar equipo para el proyecto de las 10 cumbres. Él lleva su cámara y suyo es el reportaje gráfico que se muestra en esta crónica. Yo, como siempre, llevo mi videocámara para grabar el reportaje audiovisual.


Sábado, 24 de octubre:
Con plaza reservada en el Refugio Elola para los tres, partimos desde Leganés a eso de las 9:30. Entre el viaje, alguna parada y una pequeña visita al pueblo de Hoyos del Espino donde compramos provisiones para el fin de semana, llegamos a La Plataforma de Gredos a las 14:30.
Tras una hora caminando llegamos al Puente sobre el Río Pozas, donde vimos el lugar perfecto para sentarnos a comer.

Después de comer comenzamos con la lenta ascensión hacia el Canto del Rayo, a más de 2.200 m. de altitud. Por el camino nos cruzamos con un montón de excursionistas que vienen de hacer la ruta de la Laguna Grande de Gredos, perfectamente señalizada por todo el trayecto.

A eso de las 17:00 llegamos al alto desde donde ya podemos distinguir nuestro objetivo, el Pico Almanzor.

Y hacia abajo, el impresionante valle glaciar del Circo de Gredos, que en los mapas figura como "Los Pinarejos".

Después del Canto del Rayo viene un prolongado descenso hacia la Laguna Grande, situada a 1.948 m. de altitud. En sus inmediaciones se encuentra confundido entre las grandes rocas el Refugio Elola.

Hemos llegado con tiempo suficiente como para organizar todo nuestro material en el refugio antes de las 20:00, hora a la que está prevista la cena en el refugio. Hoy por la noche se produce el cambio horario, de modo que tenemos la suerte de contar con una hora más de sueño y poder así madrugar más para acomenter la subida al Almanzor.
El refugio está perfectamente equipado y todo está muy bien organizado: Cada uno tenemos asiganda nuestra cama, una taquilla, unas zapatillas, una plaza en la mesa del comedor... incluso hay una cocina habilitada para quienes quieran cocinar sus víveres. Y lo que es mejor, unos servicios con lavabos y WC!! Incleíble...

Después de cenar ponemos el despertador a las seis de la mañana y Clara se va a dormir. Rafa y yo preferimos salir un rato fuera a pasear alrededor de la Laguna antes de meternos a dormir.

Domingo, 25 de octubre:
Al día siguiente temprano con las primeras luces del día partimos hacia la Hoya Antón, situada a 2.120 m. de altitud. Es la base del Almanzor, y desde aquí se contempla la ascensión completa por la Canal de la Portilla Bermeja.

La Canal es una gran torrentera de piedras y enormes bloques graníticos que dificultan mucho la marcha. Hay que trepar, saltar, sortear grandes rocas...

Poco a poco vamos ganando altura, pero es difícil buscar el camino más corto y más cómodo, todo está repleto del grandes pedruscos. A media canal se abre a nuestra derecha otra enorme canal que culmina en la Portilla del Crampón, situada a 2.544 m. de altitud, y desde donde ya podremos disfrutar de las vistas de la otra vertiente.


Llegando a la Portilla del Crampón pisamos las primeras nieves de la temporada, lo que dificulta bastante agarrarse con seguridad a las rocas por la fuerte pendiente.
Aquí las vistas comienzan a ser espectaculares; nos sorprende lo lejos que podemos ver el horizonte, distinguiendo en la lejanía la Comarca de La Vera y poblaciones como Navalmoral de La Mata o Talavera de la Reina. Pero nuestro objetivo está a la derecha, a escasos metros, sólo tenemos que acometer la trepada final más expuesta de toda la ascensión.

Hay que subir por un callejón final de unos 40 metros muy escarpado, sobre todo al final. Nunca había estado en una cumbre tan escarpada y tan reducida de espacio; apenas entramos los tres en la cima.


Llegamos a la cumbre del Almanzor a las 12:00 en punto (de la nueva hora), y allí permanecimos unos 10 minutos contemplando el paisaje, haciendo fotos y grabando las escenas con la videocámara.





Hacia el norte distinguimos en primer plano el Pico de La Galana, que con sus 2.572 m. es la segunda cumbre de la Sierra de Gredos. Y al fondo podemos ver el Valle del Tormes.


Hacia el sur lo que primero distinguimos es el Valle del Tiétar y el Embalse de Rosarito, donde se encuentra el límite entre las dos Castillas, y más allá el Embalse de Valdecañas, con aguas del Río Tajo. Al fondo, la serranía de los Montes de Toledo.


Como era de esperar, en este punto, el más alto del Sistema Central, podemos distinguir las diferentes sierras que conforman esta semi-cordillera: La Sierra de Gata, la Sierra de Francia, la de Béjar, incluso logramos distinguir las lejanas Sierras de Guadarrama y Somosierra.


Tenemos el tiempo justo para regresar al refugio y recoger nuestras mochilas antes de que lo cierren a la hora prevista, las 15:00.



Y llegamos muy justos, porque Clara ha acusado el esfuerzo de la ascensión y ha sufrido una fuerte tendinitis en una de sus rodillas.

El regreso hacia La Plataforma ha sido lento y pausado para no dejar atrás a Clara con su tendinitis. Pero ello nos permitió disfrutar a última hora de la compañía de las Cabras Montesas, que se prestaron a posar para un montón de fotos.




sábado, 12 de septiembre de 2009

Ascensión a Torre Cerredo (2.648 m.)

Torre Cerredo con sus 2.648 metros es la montaña de mayor altitud de los Picos de Europa, de la Cordillera Cantábrica y también del todo el noroeste peninsular, estando enclavada en el Macizo Central de los Picos de Europa o Macizo de los Urrieles, en la divisoria de las provincias de León y Asturias. Su cima, con un desnivel de más de 2.200 metros sobre el río Cares, el más acusado de la Península Ibérica, posee unas magnificas vistas del Macizo Occidental y de las canales que vierten sobre la garganta del Cares.

Como no podía ser de otra manera Torre Cerredo debe su primera ascensión a nuestros vecinos franceses, que en su afán exploratorio recorrieron todo nuestro patrimonio alpino arrebatándonos la conquista de numerosas cimas; en el caso del Torrecerredo el honor recae en el Conde de Saint Saud que junto a su amigo Labrouche y la ayuda de sus Guías Juan Suárez (Espinama) y F. Salles (Gavarnie) consiguieron alcanzar esta cumbre en el año 1882.

Pero su ascenso no fue un camino de rosas, sino más bien todo lo contrario, se toparon con una correosa montaña que exigió un elevado nivel técnico para no acabar paralizados por sus vertiginosos precipicios. Por aquella época se consideraba al Llambrión como el más alto de todos los Picos, pero con la llegada de Saint Saud y sus mediciones se pudo determinar que existía otra cumbre más alta.
Su lejanía y difícil acceso en lo más alto del Macizo de Los Urrieles fue el motivo de que hubiera pasado desapercibida para los locales durante mucho tiempo, y todavía hoy este hecho sigue exigiendo un soberano esfuerzo por parte de quienes pretenden alcanzar su cima.


Segunda de las cumbres de los 10 Principales Sistemas Montañosos de España: ¡CONSEGUIDO!


Sábado, 12 de septiembre de 2009. Por fín llegó el día tan esperado... Me acompaña mi amigo Rafael Páez en la que va a ser su primera ascensión en los Picos de Europa, y nada menos que a la cumbre más elevada, el "Techu" como lo llaman en Asturias. En mi caso es el tercer intento; el primero en agosto de 1994 fracasó por falta de previsión para el regreso (intentamos la aproximación desde Bulnes por Amuesa pero nos dimos la vuelta antes de seguir subiendo), y el segundo en septiembre del 2002 fracasó por culpa de una tendinitis aguda en el Jou de los Cabrones después de subir desde Piedra Bellida.


A las 2 de la mañana llegamos al Collado Pandébano (1.212 m.) después del largo viaje desde Madrid. Rápidamente montamos la tienda y nos echamos a dormir las cuatro horas que disponíamos para ello. A las seis de la mañana sonó el despertador; Rafa pudo descansar pero yo no pegué ojo en las cuatro horas, el maldito saco que llevé no me protegió del frío de la noche. En una hora y cuarto levantamos la tienda, desayunamos, preparamos las mochilas y nos pusimos en marcha.


A las 7:30 pasamos por la Majada de La Terenosa (1.315 m.) donde se encuentra el refugio del mismo nombre. Antaño por aquí vendían el auténtico queso de cabrales, pero por lo visto ya no hay queseros en las majadas, sólo algunos elaboradores en pequeñas fábricas de Sotres.


La ascensión hacia la base del Naranjo es constante pero suave hasta que llegamos al Collado Vallejo (1.530 m.), punto en el que la ruta se adentra en la Canal de Vallejo. Pasando Las Traviesas llegamos al Jou Luengo y la pendiente comienza a aumentar. Las vistas del Naranjo desde aquí son imponentes, sobre todo cuando vas llegando a la base, miras hacia arriba y parece que nunca termina esa descomunal pared oeste...


A las 10:00 llegamos al Refugio de la Vega de Urriellu (1.903 m.). Llegamos en menos tiempo de lo previsto, de modo que nos quitamos la mochila y descansamos media hora para comer algo. No pudimos entrar en el refugio ni siquiera para tomar un café porque lo estaban limpiando, así que nos quedamos fuera "pelaos" de frío.


Ahora nos espera uno de los pasos complicados de la ascensión, la Brecha de los Cazadores, una pequeña chimenea que abre paso por el murallón del Neverón de Urriellu hasta la Corona El Rasu (2.170 m.).



Desde aquí podemos disfrutar de una de las vistas clásicas del Naranjo de Bulnes.


Tras la Brecha la ruta se dirige a la Horcada Arenera (2.283 m.), punto en el que por fín vemos nuestro objetivo en la lejanía: El Grupo Cerredo (Torrecerredo, Torre de Labrouche y el Pico Los Cabrones). Aquí se encuentra la bifurcación que conduce por un lado al Jou de Los Cabrones y por otro al Jou Cerredo.


La visión de Torre Cerredo desde aquí nos impone respeto, a medida que nos vamos acercando nos damos cuenta de la impresionante mole que pretendemos ascender.


Pero para alcanzar el Jou Cerredo tenemos que pasar por varios obstáculos que nos obligan al bajar y subir altitud. Aproximadamente a las dos de la tarde llegamos al Jou Cerredo (2.285 m.).






Desde aquí no está muy claro cuál es la vía más apropiada para la ascensión, pero algunos hitos parecen que marcan la vía clásica.



Los hitos nos conducen a la Horcada entre la Torre Bermeja y Torre Cerredo. Y aquí comienza la escalada vertical hacia la cumbre. Giramos hacia la derecha atravesando una profunda chimenea en la que decidimos depositar las mochilas; nos hemos quedado sin agua así que no vamos a comer en la cumbre; tan solo llevamos la videocámara. En algún tramo hemos utilizado la cuerda, más que nada por seguridad, pero la escalda se realiza sin demasiados problemas salvo por la sensación de vacío, que es cada vez mayor.


Eso sí, aseguramos al máximo cada paso que damos manteniendo tres puntos de apoyo con la roca, porque no cabe posibilidad alguna de cometer un error.






A las 15:17 llegamos a la cumbre de Torre Cerredo (2.648 m.), agotados y sin agua, pero encantados de disfrutar la indescriptible sensación de estar ahí arriba, por encima de todos los Picos.


Hoy no solo he cumplido un gran sueño para mí, he superado todo un reto, la cumbre más alta de los Picos y de la Cordillera Cantábrica, y la segunda de mis ascensiones a las 10 Montañas más altas de los principales Sistemas Montañosos Españoles. Es mi "despedida" a casi 20 años de rutas y ascensiones por los Picos de Europa; ahora es el momento de descubrir nuevas cordilleras, nuevas montañas, tengo que dejar atrás las montañas con las que descubrí el mundo del alpinismo, montañas en las que viví grades aventuras y en las que pasé buenos años de mi vida.




Para el descenso empleamos más tiempo que para la ascensión, porque bajamos de espaldas a la montaña y en muchos puntos tenemos que maniobrar pasos muy delicados con el vacío siempre presente. También nos preocupan las nubes en evolución, la niebla que parece subir, el tiempo que nos queda para regresar al refugio, la falta de agua y por supuesto el agotamiento físico.



A las 20:15 llegamos al refugio del Naranjo agotados, sedientos y hambrientos. Nos aseamos en la fuente, nos cambiamos de ropa pero al entrar en el refugio nos comunican que no tienen plazas. No tenemos más remedio que bajar a Pandébano sabiendo que se nos hará de noche y nos absorberá la niebla.



A las diez de la noche, después de 15 horas de ruta, llegamos a La Terenosa, pero nos perdimos buscando la senda de Pandébano. Llegamos al coche tan machacados que decidimos buscar alojamiento en Sotres.


miércoles, 19 de agosto de 2009

Objetivo Torre Cerredo (2.648 m.)

Comienzo a entrenar para mi próximo objetivo, la ascensión a Torre Cerredo (2.648 m.), la cumbre más alta de los Picos de Europa y de toda la Cordillera Cantábrica. Han pasado 20 años desde que comencé a recorrer los Picos de punta a punta y todavía me quedan muchas zonas por descubrir. Una de ellas es precisamente su punto culminante; la he visto desde todos los ángulos (desde La Palanca, desde el Tesorero, desde La Bermeja, el Jultayu...), pero todavía no puedo decir que haya conquistado su cima. Lo intenté en agosto de 1994, pero me quedé en Amuesa. Lo volví a intentar en septiembre de 2001, pero esta vez me quedé en el Jou de los Cabrones; no pude subir por culpa de una tendinitis aguda en las rodillas.

Ahora puede llegar el momento, podría ser el 12 de septiembre, estoy en forma y me muero de ganas de poder llegar por fin a lo más alto de los Picos de Europa. Es un gran reto para mí, lo es desde hace años y me encuentro en plena forma para acometerlo.

Realizaré la aproximación desde el Collado Pandébano, en Asturias (1.212 m.), subiendo al Collado Vallejo (1.540 m.), las Traviesas y el Jou Luengo hasta la Vega de Urriellu, en la base del Naranjo de Bulnes (1.903 m.). Después ascenderé por La Brecha de Los Cazadores hasta El Rasu (2.170 m.), la Horcada Arenera (2.283 m.) y el Jou Cerredo (2.222 m.), donde pasaré noche justo en la base de Torrecerredo. Al día siguiente temprano emprenderé la trepada hacia la cumbre y el descenso de regreso. Los principales inconvenientes serán el calor y la falta de agua; veremos a ver cómo logro solventarlos.
También me planteó acometer la ascensión de una tirada en una única jornada, partiendo a las seis de la mañana desde Collado Pandébano; eso me evitaría portear el campamento, además voy en solitario lo que me permitiría mantener mi propio ritmo.

jueves, 6 de agosto de 2009

Ascensión al Peñón de Ifach (332 m.).

Las Cordilleras Béticas constituyen el sistema montañoso más importante del relieve de la Península Ibérica. Se extienden a lo largo de más de 600 km desde el Estrecho de Gibraltar hasta el Cabo de la Nao continuando incluso por debajo del nivel del mar hasta reaparecer en las Islas Baleares. En la provincia de Alicante el sistema está formado por pequeñas sierras como es el caso de la Sierra de Bernia, a la que pertenece el singular Peñón de Ifach.

Es curioso, pero El Peñón de Ifach perteneció a varios particulares hasta que en 1987 lo adquirió definitivamente la Comunidad Valenciana para declararlo Parque Natural. Fue uno de sus propietarios quien en 1918 puso fin a las arriesgadas escaladas perforando un túnel en su pared noroeste que facilita considerablemente su ascensión.

Hoy es el último día de unas mini-vacaciones con Clara por la costa de Benidorm, y en cuanto hemos llegado a Calpe no he podido evitar la tentación de subir a lo más alto del peñón que tantos recuerdos me trae de mi infancia cuando mi padre nos traía de vacaciones a toda la familia a Benidorm. Es una impresionante mole calcárea que se alza de manera abrupta sobre el mar hasta los 332 m. de altitud. A Clara le da mucha pereza, sobre todo pensando en el calor que vamos a pasar, pero finalmente la convencí y nos lanzamos a subirlo.

Para nuestra sorpresa la ruta de ascensión está perfectamente señalizada y acondicionada, además hay un montón de excursionistas de todo tipo, y los hay que se aventuran a subir con chanclas!!! Una gran imprudencia porque aunque parece una ruta bastante segura no deja de ser una ascensión con cierto nivel de riesgo, hay tramos donde más vale estar bien habituado a las sensaciones de vértigo, y un traspiés ahí puede acabar fatal.

El peñón atesora en sus faldas importantes asentamientos humanos datados entre los siglos III y V a.C. Un proyecto de investigación dirigido por el Museo Arqueológico de Alicante estudia el yacimiento que ha sido declarado Bien de Interés Cultural.

El túnel que da paso a la otra vertiente del peñón es corto, de unos cuarenta metros, y fue construído en 1918 por uno de los propietarios que ha tenido el peñón.

El calor es sofocante pero no se trata de una gran ascensión, en poco más de una hora llegaremos a la cumbre. Lo mejor de todo son las impresionantes vistas.

A la una de la tarde, después de hora y media de ascensión, hizimos cumbre en lo más alto del peñón. Las vistas son reconfortantes, con ambas playas de Calpe a los lados, el puerto marítimo justo debajo, las marismas, y al fondo el Cabo de la Nao.

El esfuerzo ha merecido la pena, parece que estamos volando sobre Calpe.

Por la tarde, después del descenso, comimos y descansamos en la playa. Mientras Clara se daba una vuelta por el pueblo yo decidí alquilar una piragua para ir remando hasta llegar a las paredes escarpadas del peñón. Allí pude comprobar la importancia de aquellas paredes tan deseadas por los escaladores (hay un montón de vías equipadas) y las grandes profundidades visitadas a su vez por los aficionados al submarinismo. Sería muy interesante volver por aquí y explorar estas profundidades.

viernes, 12 de junio de 2009

Travesía Dobres-Travesona-Pambuches.

Tras haber anticipado el final de la Travesía Transcantábrica antes de lo previsto me encuentro con que me sobran días de mis vacaciones, así que decido acompañar a mi hermano Luis con sus amigos a pasar unos días a los Picos de Europa.

Es viernes, 12 de junio. Estamos en Posada de Valdeón decidiendo la ruta. El grupo está formado por Luis, Álex, Esti, Dione, Cristina, Sara y Lola. La propuesta más aceptada es la de ascender a la Torre Bermeja partiendo desde Panderrueda para evitar al máximo el desnivel. Cruzaremos las Peñas de Dobres hasta llegar a la Vega de Llos, para subir por la Travesona hasta el Collado Verde, y desde allí ascender a la cumbre por la canal del Bufón. La propuesta es arriesgada, porque si bien evitamos unos 500 metros de desnivel, tenemos que caminar varios kilómetros más hasta llegar a la base de la Torre Bermeja. Pero el día es largo, el tiempo acompaña y ganas no nos faltan.




Nada más comenzar a subir hacia la Cerra del Centenal, los más jóvenes y atléticos del grupo, es decir, Alex y Dione, toman posiciones en cabeza. En aproximadamente 40 minutos llegamos al Collado de Dobres donde realizamos una primera parada para descansar y reponer fuerzas. Después, bajamos a los Puertos de Dobres y bordeando la Peña del Abedular alcanzamos el Collado de Jover a eso de las dos de la tarde. Allí paramos nuevamente para comer pero rápidamente comenzamos a subir por la Peña Parda hasta encontrar el camino de la Travesona.

De momento vamos a buen ritmo, pero intento acelerar la marcha porque comienzo a pensar que no llegaremos a las cuatro de la tarde al Collado Verde, hora límite para afrontar la subida por la Canal del Bufón.

A punto de dar con el paso hacia la Travesona, nos encontramos a una pareja que suben desde la Vega de Llos con la intención también de subir a La Bermeja. Me da la impresión de que andan un poco despistados así que les animo a que nos acompañen. Son José y Gema, vienen de Madrid para conocer de primera mano los Picos de Europa y son montañeros desde hace mucho tiempo, aunque reconocen tener más práctica sobre terrenos más pirenaicos. Suyas son las fotografías de esta crónica.




Tan pronto como comenzamos a caminar por la resvaladiza ladera de la Travesona, nos topamos con abundantes neveros. No hay rastro de la vereda, hay mucha nieve acumulada y el terreno está muy inestable. Atravesar los neveros nos complica el camino y nos hace perder mucho tiempo, y todavía queda el paso más complicado, el sedo que abre camino al Collado Verde: Está opupado por un enorme nevero muy inclinado; por suerte Jose propone salvarlo por la rimaya, sin duda la opción menos arriesgada (por no decir la única).


Superado ese momento de tensión y todos los anteriores, por fin tenemos "vía libre" hacia el Collado Verde. Sara, Lola y Cristina dicen que ya han tenido suficiente y descartan la posibilidad de subir a La Bermeja. Yo mientras tanto, sigo grabando las escenas con la videocámara.



Cuando por fin alcanzamos el Collado Verde nos encontramos con tal cantidad de nieve que las posibilidades de alcanzar nuestro objetivo se desvanecen aun más.




Hacemos una pequeña parada para disfrutar del paisaje, momento que aprovechamos para debatir la posibilidad de subir.



Pero lo cierto es que hay mucha nieve, arriba habrá más aun, nadie lleva crampones, es tarde, y nos hemos dejado todas las energías en sortear los neveros de la Travesona. Así que la decisión más acertada será descender directamente hacia Pambuches.



Ya con más calma, descendemos lentamente por el argayo de Pambuches hacia Pantivalles. En la fuente de Piergua recuperamos agua y descansamos. Jose y Gema están encantados de habernos encontrado y reconocen haber pasado una jornada inolvidable.


Para rematar la jornada, cenamos todos juntos en el Albergue de Santa Marina de Valdeón en un ambiente distendido y relajado en el que recordamos los momentos más espectaculares de la ruta.